La familia Milà tiene un evidente protagonismo en la historia contemporánea de Catalunya. Nos fijaremos en sus tres miembros más relevantes.
Josep Milà i Pi (Barcelona, 1853-Esplugues de Llobregat, 1922) era hijo de un comerciante de Vilanova i la Geltrú. Fue consejero de la empresa constructora MZOV y de la Caixa d’Estalvis, además de presidir la Societat del Liceu en el año 1900. Fue concejal del Ayuntamiento de Barcelona en varias ocasiones. También, llegó a la alcaldía en 1899 apoyado por los conservadores.
Josep M. Milà i Camps (Barcelona, 1887-Esplugues, 1855), hijo del anterior, fue abogado, político y financiero, además de conde de Montseny desde el año 1926. En 1904 se alzó con la presidencia de la Juventud Monárquica. En 1918 fundó la Unión Monárquica Nacional. En 1919 es elegido diputado en las Cortes por Arenys. En tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera fue encomendado para presidir la junta liquidadora de la Mancomunitat. También fue designado presidente de la Diputación provincial de Barcelona. Entre 1931 y 1934 vivió fuera de España exiliado. Al estallar la guerra regresa para incorporarse al bando franquista. En 1939 presidió durante unos meses la Diputación Provincial de Barcelona pero fue destituido por Serrano Suñer.
Pere Milà i Camps (Barcelona, 1873-1940), hermano del anterior, ha pasado a la historia por haber encargado a Gaudí la construcción de la casa Milà, conocida como La Pedrera. Fue diputado por Solsona en tiempos de Alfonso XIII dentro de las candidaturas de la Lliga Regionalista.