domingo, 1 de enero de 2012

Algunas notas sobre el anarquismo en América Latina

El anarquismo comenzó a ser conocido en la América Latina muy temprano, a partir de la I Internacional, en los años setenta del siglo XIX. Coincide con los primeros impulsos industrializadores y con el comienzo de la llegada de inmigrantes europeos, especialmente al Cono Sur y México. El anarquismo latinoamericano tuvo una clara vinculación con el anarquismo de los países mediterráneos -Italia y España- donde, como es sabido, fue una corriente con mucha aceptación y de donde eran la mayoría de los inmigrantes que llegaron, especialmente a los países del Cono Sur. Entre los activistas europeos más vinculados con América estarían Enrico Malatesta, Fargas Pellicer y Abad de Santillán, que estuvieron presentes en la formación de los primeros sindicatos anarquistas.


A partir de la década de 1880 el anarquismo se divide en dos corrientes: la de los denominados como “antiorganizadores”, discípulos de Stirn, y los anarcosindicalistas. Sin lugar a dudas, destacaron los segundos, creando federaciones sindicales poderosas, como la Federación Obrera Regional Argentina o FORA y la uruguaya FORU, entre otras. Destacadas figuras del anarquismo fueron: Florencio Sánchez, Alberto Ghiraldo y los hermanos Flores Magón. El FORA se fundó en el año 1901 y se nutrió de los inmigrantes europeos en la Argentina. Empleó la violencia como arma política, pero decreció en los años veinte, dejando de existir con la llegada de Perón.


El anarconsindicalismo latinoamericano entró en cierta crisis en la década de los años treinta del siglo XX frente al auge del comunismo.

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