lunes, 18 de enero de 2010

Dictadura

¿Qué es una dictadura?
Pues bien, esta fórmula o sistema político tiene su origen en Roma. El Senado Romano en determinados casos de especial emergencia, como una guerra, dotaba a un magistrado de poderes absoluto por un tiempo determinado, pero sin que el ordenamiento legal fuera trastocado, para evitar la arbitrariedad.
En nuestros tiempos se caracteriza la dictadura como el sistema político contrario a la democracia. Es un sistema donde no habría división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), inexistencia de derechos básicos, especialmente los relacionados con la libertad de expresión, la inexistencia de pluralidad política, sindical y asociativa, la tendencia a ejercer el poder de forma arbitraria en beneficio propio, de un grupo, clase o minoría que sostiene el sistema frente al imperio de la ley de los estados de derecho. Además, es un sistema que no se basa en el consentimiento libre de los gobernados, aunque la propaganda del sistema suele insistir mucho en que dicha aquiesciencia sí existe, y suele recurrir a métodos populistas o plebiscitarios pero no libres, en realidad. Es importante destacar que las dictaduras no se sostienen sin cierto o mucho apoyo social, dependiendo de muchas circunstancias y factores, pero impiden que los opositores puedan expresar, libremente, sin menoscabo de su integridad física o de sus libertades, el rechazo a la misma. Si el grado de represión es muy alto, y con un sistema de ideas que lo apoya, la dictadura se tiñe de totalitaria.
La dictadura suele estar muy vinculada a un concepto muy personalista del poder, a la ambición de quien detenta el mismo. Se enaltece al dictador, jefe, líder o cuadillo a través de la propaganda. Es un personaje que ejercería el poder con grandes sacrificios personales, un jefe que renuncia a los placeres de la vida privada por la patria o el país. Puede llegar a ser presentado como un estadista dispuesto a darlo todo por el pueblo, hasta la vida, y sin pedir nada a cambio, bueno, sí la obediencia al mismo, precisamente por esos sacrificios. Muchas dictaduras tienen, pues, un marcado carácter paternalista.
Las dictaduras suelen buscar la justificación de su existencia en la necesidad de la misma, apelando a una situación extraordinaria o terrible y que se soluciona con este ejercicio del poder. Es la legitimación de la dictadura y de su permanencia durante un tiempo, o de forma indefinida, al menos hasta la muerte del dictador. Se tiende, además, a que el sistema sobreviva a la muerte de su creador o impulsor.

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