"Todos los flechas nos proponemos seguir ciegamente las consignas que se nos dan, ser fieles a ellas, obedecer las jerarquías, amar a Dios y a nuestra Patria hasta llegar al sacrificio, si es preciso, en defensa de los ideales proclamados por los buenos españoles durante la Cruzada de Liberación"
("Lectura en Acción", Magisterio Español)
En una sola frase se condensan muchas ideas de la época:
1. Obediencia sin reservas, obediencia ciega, nada de cuestionamientos, de petición de explicaciones, de debate. Los flechas obedecen a sus mandos sin rechistar. Es importante enseñar a los chicos esta máxima no sólo para que funcione la Falange, sino para que la dictadura pueda desarrollarse sin problemas de ningún tipo. El perfecto flecha se hará, en un futuro próximo, en el perfecto y buen ciudadano obediente y respetuoso con el poder.
2. El flecha debe dar la vida por Dios y por la Patria. La consigna es terrible: se trata de niños.
3. Los grandes ideales fueron proclamados, de nuevo, por los buenos españoles, ya que, como bien sabemos, hay malos españoles.
4. La guerra fue una cruzada de liberación. El lenguaje militar y religioso se entremezcla.
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