Inserto el siguiente texto sobre la opinión de A. Dubarry, en su libro Viaje a Dahomey, del año 1879, para comprobar la visión que muchos occidentales tenían de los indígenas de los pueblos africanos en plena época del imperialismo:
"El negro salvaje y bárbaro es capaz de todas las estupideces y, desgraciadamente, Dios sabe por qué; parece estar condenado en su país de origen a la salvajería y a la barbarie para siempre.
Con tres semanas de trabajo tiene suficiente para garantizar su provisión de arroz, maíz, (...).
La falta de cualquier idea de progreso y de moral no le permite darse cuetna del valor incalculable, del infinito poder del trabajo, y sus leyes son sus pasiones brutales, sus apetitos feroces, los caprichos de su imaginación perturbada.
El índigena vive al día, a la aventura, indiferente al mañana
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