"Habéis de saber que esos siglos de oro de nuestra historia, esos siglos que miramos como cimiento y fundamento de la Nación española, los siglos en que Isabel y Fernando llevaban sus pendones por España, eran hermanos del que ahora alumbramos"
(De un discurso de Franco de julio de 1939)
La concepción que Franco tenía de la historia española es de sobra conocida. España había pasado por épocas imperiales y de auge -Reyes Católicos y Austrias- y otras de declive por influencias extranjeras debidas a la Ilustración y al liberalismo que, en última instancia, habían permitido la implantación del socialismo, anarquismo, marxismo, comunismo y separatismos. La época que se alumbraba con la victoria franquista sería de renacimiento y, por tanto, se relacionaría con la de los Reyes Católicos.
Esta concepción peca de varios errores enormes: la imposiblidad de hermanar una época del siglo XX con la del Renacimiento o de los inicios de la época moderna, con parámetros, instituciones, economía, política, sociedad, etc.. harto distintas. El segundo error es de la famosa unidad de España patrocinada por los Reyes Católicos, cuando la autonomía e instituciones de cada Corona se respetó escrupulosamente. En todo caso, la unidad institucional no la trajo ni un Trastamara ni un Austria, sino un Borbón, Felipe de Anjou, y después de vencer en la Guerra de Sucesión española.
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