sábado, 17 de abril de 2010

Ideas del carlismo. María Teresa de Braganza y Borbón

En estos días hemos dedicado cierta atención al carlismo, ideología y movimiento político muy importante en la Historia contemporánea de España. Pues bien, para seguir ahondando en el mismo nos acercamos al fragmento de un texto de María Teresa de Braganza y Borbón, eposa del infante Don Carlos, donde se exponen diversas ideas del carlismo:

"Religión, Patria y Rey (...) Rey, digo por último, pero rey por la gracia de Dios y no por la gracia de la soberanía nacional (...). Según el liberalismo, de la soberanía nacional emana todo el poder y los poderes que existen, negando de este modo todo poder de origen divino. Ahora bien, esto está condenado por la Iglesia católica y con razón: pues la Escritura sagrada dice expresamente: todo poder viene de Dios (...).

El liberalismo es puro absolutismo, porque se atribuye a sí un poder que no le viene de Dios, de quien prescinde, ni del pueblo soberano, porque a este no se le concede sino el vano y rídiculo derecho de despositar una boleta en una urna electoral".

María Teresa de Braganza incide en diversos puntos del carlismo:

ª) El poder del rey es de origen divino y no procede de la soberanía nacional. Se trata de uno de los argumentos propios de la monarquía absoluta. El máximo defensor de esta idea fue Bossuet en el siglo XVII, precisamente, empleando las Sagradas Escrituras en su razonamiento.

b) Se critica el derecho del sufragio como legitimador del liberalismo, precisamente porque prescinde del origen divino del poder. Pero, curiosamente, establece que tampoco procede del pueblo soberano aunque se exprese en las urnas.

María Teresa de Braganza y Borbón nació en 1793. Era hija del rey Juan IV de Portugal y de la infanta española Carlota Joaquina de Borbón. Durante sus dos primeros años fue la princesa heredera de Portugal con el título de Princesa de Beira. Se casó con su primo Pedro Carlos de Borbón en Brasil, cuando la familia real portuguesa huyó de la ocupación napoleónica. En 1812 enviudó.

Al regresar a Portugal se destacó por la defensa a ultranza del absolutismo monárquico apoyando a su hermano Manuel I en la guerra civil que asoló Portugal entre los años 1826 y 1834, además de a su cuñado el infante Carlos María Isidro en sus pretensiones al trono español a la muerte de Fernando VII. Años después se casaría con éste que, además de cuñado, era su tío, viudo a su vez.

14 comentarios:

  1. Buenas. Creo que deberías distinguir entre el Carlismo y el absolutismo francés, pues son muy distintos. Aunque evidentemente el Carlismo defienda el origen divino del poder, esto no le lleva ni mucho menos a las posturas maximalistas de Bossuet o de los jacobitas escoceses, que son el modelo más acabado de la llamada "monarquía de derecho divino".

    El Carlismo si se distinguió por algo, siempre fue porque tuvo claro que aunque el poder proceda de Dios, éste ha de respetar los derechos y libertades de las entidades inferiores a la Corona (regiones, gremios, universidades, etc.), y por eso ha estado tan vinculado al Derecho Foral, despreciado casi por todo el mundo, menos por los carlistas.

    Así, mientras que la monarquía absoluta francesa en su máximo esplendor se caracterizó por no convocar a los Estados Generales durante 75 años, los carlistas siempre defendieron la necesidad de contar con unas Cortes representativas fuertes, frente al sistema de partidos que propugnaba el liberalismo decimonónico.

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  2. Es evidente la diferencia entre el absolutismo francés y el carlismo, especialmente, en lo referente a los fueros y leyes, pero los carlistas no querían unas cortes representativas, en todo caso podrían ser corporativas.

    Por otro lado, es evidente que el origen divino del poder encuentra su máxima formulación en el absolutismo francés.

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  3. Buenas. Las cortes corporativas son típicamente franquistas. Lo que querían y quieren los carlistas lo puedes ver aquí, pues no era otra cosa que la forma tradicional de convocar Cortes en España:

    http://www.scribd.com/doc/30286145/Borrador-del-Programa-politico-de-la-CTC-2010-a-aprobar-en-el-XI-Congreso

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  4. Afortunadamente, esa forma de convocatoria y de Cortes no se puso nunca en marcha, dado su nulo carácter democrático.

    En todo caso, un sector del carlismo (no todo, por supuesto, ya sabemos cómo otra parte terminó por renegar del franquismo, terminó por aceptar el sistema de Cortes franquista y el régimen, en general.)
    Gracias por la información.

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  5. Perdón, pero esa forma de convocatoria de Cortes estuvo vigente desde 1188 hasta 1833, por lo menos.

    Pareces no entender que el Carlismo no es un invento de algún brillante ideólogo, sino la Tradición viva de España, de la España de siempre.

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  6. Estimado amigo:

    En ningún lugar he dicho que el carlismo sea un invento de un brillante ideólogo; ni mucho menos. El primer carlismo no tuvo muchos ideólogos, aunque luego sí los tuvo en el seno del tradicionalismo.

    ¿Qué es la tradición viva de España? Disculpe, el liberalismo también pertenece a la tradición de España. En el liberalismo occidental el español tiene su lugar y su importancia.

    Desearía expresarle que nadie en este país, como en ningún otro, tiene el derecho a arrogarse ninguna tradición ni hablar por todos sus integrantes. El carlismo es muy importante para entender la historia contemporánea de España pero no es España, como España no es socialista, ni nacionalista, ni de derechas ni de izquierdas.

    Por cierto, la España de siempre también está representada por los ilustrados, los arbitristas, los judeoconversos, los moriscos, los alumbrados, etc..

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  7. En todo caso, sobre el argumento de la tradición está el de la soberanía popular. Las tradiciones "per se" no tienen porque permanecer. Si fuera así, no cambiaría nada.

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  8. duardo: Yo no he dicho que hayas afirmado que "El Carlismo es el invento de un brillante ideólogo", sino que se extrae claramente de lo que veo que vas diciendo.
    La confirmación viene cuando preguntas que qué es la tradición viva de España. Si no sabes que España es consustancial a la Fe Católica, la Monarquía y la libertad de los hombres y mujeres que hicieron la REconquista y luego la Evangelización, apaga y vámonos.
    El liberalismo no es ninguna tradición viva de ningún sitio, sino una ideología que tiene una fecha de formulación: la de los libros de John Locke, concretamente. El "liberalismo español" es una expresión acuñada por usted, porque el único liberalismo español existente es el copiado del mundo anglosajón.
    Cuando dice usted que "nadie en este país, como en ningún otro, tiene el derecho a arrogarse ninguna tradición" y cuando dice que "El Carlismo no es España, como España no es socialista", vuelve a confirmar que no comprende que el Carlismo no es un partido (en el sentido de parte), una facción, una ideología, sino que es la propia España tradicional que continúa tratando de sobrevivir a los golpes que recibe de la Revolución, cuyo propósito es tratar de renegar de todo lo que fue España históricamente, convirtiendo a España en otra cosa que no es. Por eso el Carlismo puede llamarse, con todo el derecho, la Tradición Española, porque nadie más reivindica en plenitud lo que España es desde su nacimiento, en su crecimiento y en su madurez: Fe Católica, Monarquía como pilar fundamental, libertades individuales y sociales que hicieron posible la Reconquista y que si no fuesen laminadas por los sucesivos gobiernos liberticidas desde el s. XIX, volverían a dar frutos de fecundidad al mundo.
    Claro que el Carlismo es España. Porque el Carlismo no es una facción como el socialismo o como el liberalismo. Porque es la propia España del Cid, Guzmán el Bueno y los Reyes Católicos que se resiste a morir. Si no sabe usted esto, es que no sabe nada del CArlismo.
    Por eso mismo, porque el Carlismo es España, siempre ha dejado claro que no puede definirse ni como de derechas ni como de izquierdas.
    Los ilustrados, los arbitristas, los judeoconversos son grupos ideológicos o raciales de un momento histórico concreto, se lo vuelvo a decir.
    No son quienes reivindican el propio ser de España.
    Me parece que está bastante claro.

    Y con respecto a su otro mensaje, en el que demuestra no saber el lugar que corresponde a la Tradición y a la soberanía popular, sólo decirle que la "soberanía popular" es un principio introducido por la Revolución francesa, contrario a la verdad, y que la Tradición no significa inmovilismo, sino raíz.
    Tradición es construir sobre lo recibido. Y fíjese si se construyeron cosas con el descubrimiento de América, el Siglo de Oro de las letras y de las artes, las Universidades, el Renacimiento, todo eso es tradicional, porque está enraizado en la mejor herencia recibida del pasado.
    Lo que no es tradicional es pretender arrancar las raíces de cuajo y empezar desde cero, que es lo que pretenden los que sostienen el erróneo principio de la soberanía popular, por ejemplo.

    Saliudos,

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  9. Por partes:
    1. Insisto, todo parte de que se recogen las ideas de una mujer real vinculada al carlismo y que son conocidas por todos. El carlismo es un movimiento que anúa muchas cosas, intereses sociales, políticos y económicos, mucho más complejo de lo que, tradicionalmente, se estudia. En este blog como en el de la memoria histórica hay algunos artículos que tratan al respecto.
    2. España no existía en la Edad Media. El concepto de Reconquista fue establecido con claros intereses políticos y militares en la propia Edad Media, y lo usamos (malamente)por comodidad.

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  10. Seguimos:

    3. España no es consustancial a la Fe católica, ya que siempre ha habido españoles con otras confesiones o sin ellas. Supone una terrible falta de respeto esta afirmación para aquellos españoles con otras ideas y creencias. Eso no quita para que el poder siempre se haya vinculado a la Iglesia Católica, y se haya intentado imponer esa unidad, con graves consecuencias humanas, económicas, sociales y políticas, por cierto. Recordemos a los judíos, moriscos, ilustrados, alumbrados, víctimas del Santo Oficio, etc.. ¿No eran personas o grupos tan dignos como los católicos?

    4. Ningún país de este mundo es consustancial a una Monarquía. Las monarquías son sistemas políticos que varían con el tiempo o desaparecen, en función de los tiempos y de la historia. ¿Es consustancial la república en Francia? Pues no, Francia tuvo la monarquía absoluta más importante de la historia, y las repúblicas más conocidas de la misma. Mire, las cosas cambian con el tiempo, como la propia monarquía. La actual muy poco tiene que ver no ya digo con la absoluta o la defendida por los carlistas sino con la propia del abuelo del actual titular. La de Alfonso XIII, diseñada en la Constitución de 1876 daba importantes prerrogativas a su titular, además del poder ejecutivo, poder que no tiene su nieto ni dichas prerrogativas, ya que estamos ante una monarquía parlamentaria.

    Por fin, ¿los republicanos españoles no son españoles, no son tales, son o han sido marcianos caidos en este solar?

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  11. 5. Creo que desconoce muchas cosas del liberalismo. Locke no es el único padre del mismo. A lo mejor encuentra algunos de sus padres en la mismas Cortes de Cádiz, por ejemplo. En todo caso, es una ideología fundamental en la historia occidental y en la española, la que informa los procesos de revolución liberal-burguesa del siglo XIX.

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  12. 6. El carlismo es un movimiento social y político de algunos españoles, o lo ha sido. Como otros movimientos, ideologías, y demás que se han dado en España, porque en España ha habido varios modelos de la misma. Eso que dice es muy excluyente, además de demostrar un claro desconocimiento de la historia española y occidental. En España hay y habido siempre diversidad de ideas y opiniones, como en cualquier lugar del mundo.

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  13. 7- ¿Qué es el ser de España?, ¿el que usted defiende?, ¿el socialista o el republicano, o el franquista no lo son?

    8. ¿raciales? Eso es peligroso.

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  14. 9. ¿el erróneo principio de la soberanía nacional? Bueno, usted no defiende la democracia. Poco más se puede decir.

    Afortunadamente, en este país no abundan las personas con proyectos políticos excluyentes de los demás.

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