En este artículo se incluye la visión que Andrés Pi Arimón tuvo del incendio de la fábrica de los Bonaplata, que vimos en otro artículo sobre el ludismo en España, y que se recoge en su obra, Barcelona antigua y moderna:
"Una multitud de marineros y gitanos que recorrían tumultosamente la ciudad, armados con fusiles, sables y puñales, con una bandera negra y un tambor batiente, llevando tras de si innumerables agitadores de la población, atacaron de noche la fábrica de Bonaplata; y la incendiario, provocando la execración de los hombres de todos los partidos: este atentado vandálico no fue cometido por los autores de la revolución, sino por un reducido número de hombres rechazados por el pueblo, los cuales eran instigados opr los malvados que, por envidia o por interés particular, miraban con malos ojos, aquel avance de la industria catalana, primer ensayo de las fábricas de vapor."
(El texto aparece en la obra de Jaume Carrera Pujal, Historia política de Cataluña en el siglo XIX, 1957)
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