En el anterior artículo sobre el ludismo ya hablamos algo sobre la represión del mismo, pero parece interesante detenerse más en esta cuestión. La primera medida contra la destrucción de máquinas y fábricas se dio en 1769 con una ley aprobada por el Parlamento inglés. La pena para estos delitos era la pena capital. Los trabajadores no cejaron en elevar a dicho Parlamento la prohibición de que se empleasen máquinas. Al no conseguir eco sus demandas, se reanudaron las destrucciones en los primeros decenios del siglo XIX. Como el movimiento alcanzó una enorme dimensión, el gobierno inglés dio como respuesta el empleo del terror.
En el Parlamento inglés en 1812 se generó un debate sobre la cuestión. Lord Byron pronunció un discurso contra el proyecto de ley, pero de nada sirvió. La ley castigaría con la pena de muerte, como antes, las destrucciones.
En España se dio una Orden el 24 de junio de 1824 en las que se decía que los que realizaran estos actos podían ser procesados y castigados como "tumultuarios".
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