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jueves, 17 de mayo de 2012

El Progreso

“El Progreso” fue un periódico barcelonés que nació en 1906 y de tendencia republicana radical. Fue una plataforma política de Alejandro Lerroux en la capital catalana. La primera etapa del periódico, dirigida por Emiliano Iglesias, se caracterizó, como el primer radicalismo, por su combatividad, especialmente contra el catalanismo y contra el anarcosindicalismo. En algunas ocasiones sufrió suspensiones gubernamentales. Pero, al igual que el Partido Republicano Radical, se fue moderando con el tiempo, coincidiendo con la llegada de la Segunda República. En el año 1933 pasó a denominarse “Renovación”, editándose hasta el año 1939.

jueves, 11 de agosto de 2011

Partido Radical

En anteriores artículos nos hemos acercado a la historia del Partido Republicano Radical y a la de su máxima figura, Alejandro Lerroux, pero la seña de Radical no sólo la tuvo la formación política creada por el “emperador del Paralelo”. En el Sexenio Democrático existió el Partido Radical creado en torno a Ruiz Zorrilla. En este nuevo artículo estudiaremos este Partido.


El Partido Radical procedía de la división del Partido Progresista acaecida después de la muerte de Prim. Su principal figura fue Ruiz Zorrilla que aglutinó al ala izquierda de los progresistas junto con los llamados radicales, además de un sector de los demócratas, con Rivero, Marcos y Becerra, que tendían hacia fórmulas republicanas. El Partido se presentó a unas elecciones por vez primera en las acontecidas en abril de 1872.

El Partido Radical estaba dividido en varias facciones, algo muy propio de los partidos decimonónicos y, en especial, en el Sexenio. Estas divisiones no lo eran tanto por diferencias ideológicas o programáticas fundamentales sino eran debidas a lealtades personales. En esta formación coexistían los progresistas demócratas de Ruiz Zorrilla, los “cimbrios” en torno a Martos, los demócratas de Rivero y los economistas de Antonio Gabriel Rodríguez. El Partido defendió, en líneas generales, una interpretación avanzada de la Constitución de 1869.

Los radicales se enfrentaron políticamente a los constitucionales de Sagasta, siendo uno de los factores que generaron la inestabilidad política que caracterizó el reinado de Amadeo I. En junio de 1872, los radicales formaron gobierno y, después de su victoria electoral en agosto, intentaron sacar adelante su programa político de reformas: separación Iglesia-Estado y ampliación de la instrucción pública, principalmente.

Cuando Amadeo de Saboya abdicó, los radicales aceptaron la República y hasta Martos participó en el primer gobierno republicano pero a partir de abril de 1873 se apartaron del republicanismo cuando vieron frustrados sus intentos con hacerse con el poder. Después del golpe de estado de Pavía, volvieron al gobierno aunque el Partido, realmente, como tal ya había desaparecido en el propio régimen republicano.













viernes, 5 de agosto de 2011

Alejandro Lerroux

Alejandro Lerroux es un personaje fundamental en la historia española de la primera mitad del siglo XX y no había recibido mucha atención en este blog. Tendremos que dedicar algunos trabajos, tanto a su figura, como al Partido Republicano Radical, del que fue su fundador.


Lerroux nació en La Rambla (Córdoba) en 1864. Nuestro protagonista nació en el seno de una familia pobre y su infancia y juventud no fueron fáciles. Su proyección pública comenzó en el periodismo en publicaciones como “El País” y “El Progreso”. Muy pronto se hizo conocido gracias a sus artículos con un lenguaje claramente demagógico y por iniciar diversas campañas. Pero su vida dio un giro evidente cuando se trasladó a Barcelona en 1899. En la capital catalana se presentó defendiendo el republicanismo y atacando la fuerte represión que se ejercía sobre el movimiento obrero. Se significó en la protesta contra los procesos de Montjuïc, que hemos estudiado en este blog. Esta campaña le permitió adquirir una enorme popularidad entre los sectores humildes y obreros de Barcelona. Lerroux se presentó como un político contrario a los patronos, el Estado y la represión. Era el comienzo del camino que le llevó a ser proclamado el “emperador del Paralelo”. En 1901 obtuvo un acta de diputado.

Lerroux siguió una línea ascendiente de populismo y demagogia con un discurso donde se mezclaban elementos revolucionarios con otros anticlericales de elevado tono, como quedó de manifiesto en su famoso discurso de 1906 en el que animaba a los “jóvenes bárbaros” a entrar a saco en la civilización decadente, a destruir los templos y elevar a la categoría de madres a las novicias, además de prender hogueras en los registros de la propiedad.

Otro de los componentes del discurso de Lerroux fue su encendido anticatalanismo. Esta vertiente de su ideología le granjeó ventajas fuera de Cataluña porque pudo presentarse como un valladar ante los avances y reivindicaciones de regionalistas y nacionalistas catalanes.

En 1908 creó en Santander el Partido Republicano Radical, pretendiendo que se extendiera por toda España. Al año siguiente, durante la Semana Trágica, Lerroux se encontraba fuera de España y no mostró ninguna actitud favorable hacia lo que estaba ocurriendo, solamente pasividad. Este hecho fue el comienzo de la pérdida progresiva de su éxito entre los obreros en Barcelona, aunque consiguiera la mayoría del Ayuntamiento de Barcelona. Pero, al poco tiempo, la formación entró en crisis por el auge del catalanismo de izquierdas, del anarcosindicalismo y por problemas internos referidos a la corrupción. Fue el momento para dirigir su mirada hacia Madrid, moderando de forma evidente su discurso. El Partido Republicano Radical comenzó, por tanto, a establecerse y expandirse por el resto de España con cierto éxito en Madrid, Aragón y Valencia.

En el año 1917 participó en la Asamblea de Parlamentarios y se mantuvo al margen de la Dictadura de Primo de Rivera. En 1926 participó en la Alianza Republicana y en 1930 formó parte del Comité Revolucionario. Al llegar la República perteneció al gobierno provisional. Lerroux fue ministro de Estado (Asuntos Exteriores) pero no duró mucho en esta responsabilidad porque decidió abandonar el gobierno contrario a los ministros socialistas. La tendencia hacia el conservadurismo de Lerroux y del Partido Republicano Radical se iba acentuando frente al progresismo del gobierno y de la primera etapa de la República.

Tras las elecciones de 1933, alcanzó la jefatura del gobierno en varias ocasiones siempre en gobiernos de centro-derecha. El año 1935 fue uno de los peores de su carrera política, ya que la corrupción le afectó personalmente y también a su partido con el famoso caso del Straperlo. En las elecciones de febrero de 1936 no obtuvo acta de diputado y abandonó la política. Cuando comenzó la guerra civil se trasladó a Portugal aunque apoyó al bando franquista. Regresó a España en 1947. Falleció en 1949.