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lunes, 24 de febrero de 2014

Gauletier

En un artículo anterior aludíamos a la institución nazi de los Gauletier. ¿Qué eran?. Cuando Hitler refundó el partido en 1925, se dividió el territorio del Reich en Gaute, o distritos. Llegó a haber 42 distritos, tras las anexiones de la Marca Oriental en 1938 con los distritos del Alto y Bajo Danubio, Tirol, Estiria, Carintia, Salzburgo, y Viena. Después, llegarían los Sudetes, y el territorio occidental polaco de Wartheland y Danzing-Prusia Occidental. La organización exterior del NSDAP era considerda como el distrito 43.
Los distritos se dividían, a su vez, en otras circunscripciones menores. Los distritos fueron denominados "territorios jurisdiccionales" del NSDAP. Los Gauleiter eran los jefes del distrito, los titulares de esa jurisdicción territorial. Eran nombrados y destituidos por Hitler, y responsables de su distrito ante él.
Con la Ley para la Protección del Partido y el Estado del día 1 de diciembre de 1933, el NSDAP se convirtió en una corporación de derecho público, aunque quedaba por definir su relación con el Estado. De todas las maneras, desde 1936 se afirmaba que el partido y el Estado eran uno y lo mismo. Se trata de una de las premisas del totalitarismo.
En el Gauletier se producía, precisamente, la unión entre el partido y el Estado porque en su persona coincidían otros cargos del Estado: ministros, gobernadores, presidentes de provincia, etc. Con el estallido de la guerra asumieron más responsabilidades administrativas y políticas, como la de poder reclutar a "determinados ciudadanos" para ciertos servicios y trabajos, etc.
A partir de 1942 se convirtieron en comisarios de la defensa del Reich. En 1944 se les encomendó la formación del Volkssturm. Con esta medida el nazismo pretendía, por última vez, la movilización de la comunidad del pueblo en defensa del Reich al margen de la Wehrmacht. Los Gauletier se encargaban de las labores de propaganda y logística de las tropas no alistadas. La formación y utilización del Volsksturm corría a cargo de las SS.
Ver: Wolfgang Benz, El Tercer Reich. 101 preguntas fundamentales, Madrid, Alianza, 2009, págs. 155 y ss.

sábado, 22 de febrero de 2014

Sudetes

El término de los Sudetes se comenzó a utilizar especialmente en el año 1938 para designar la región fronteriza nordoccidental del territorio de Bohemia en Checoslovaquia. Esta zona había sido tradicionalmente de asentamiento de alemanes. La pugna por los Sudetes marca un hito en la historia de la pugna entre el nacionalismo alemán y el checo, tanto desde las autoridades como en el seno de la población de la zona.
Al terminar la I Guerra Mundial, en el año 1919, se decidió que los Sudetes formaran parte de la nueva Checoslovaquia, según lo estipulado en la Paz de París. Los alemanes protestaron, y se produjeron algunos brotes de violencia entre éstos y los checos. En las elecciones locales de junio de 1919 la población alemana dio mayoritariamente sus votos a partidos alemanes.
La situación se apaciguó a medida que pasaba el tiempo, gracias a la política conciliadora de las autoridades checas hacia las minorías, y por la prosperidad económica que disfrutó el país en los años veinte.
La Gran Depresión provocó una fuerte crisis industrial en Checoslovaquia. Paralelamente, el nazismo se hace con el poder en Alemania. Estos dos factores encendieron, de nuevo, y de forma mucho más virulenta los enfrentamientos. El nacionalismo alemán en la zona se reactivó de forma significativa. En mayo de 1935, el Partido Alemán o Germano de los Sudetes, de clara tendencia fascista, y liderado por Heinlein, obtuvo el 63% del voto alemán en la región. Las exigencias de esta formación política se convirtieron en inaceptables para los checos. Se abría el camino para la posterior anexión de los Sudetes por parte de Hitler, objetivo alcanzado en los Acuerdos de Munich.

viernes, 21 de febrero de 2014

Konrad Heinlein

Konrad Heinlein nació en 1898. Era natural de la región de los Sudetes, comarca de Bohemia con mayoría de población de origen alemán. Fundó el Partido Germano de los Sudetes. Hitler designó a Heinlein gobernador del territorio, después de la invasión alemana, con el título de Reichkomissar. También fue Gauleiter y Statthalter, entre 1939 y 1945. Fue detenido al terminar la guerra, y se suicidó en 1945 estando en una cárcel americana.

sábado, 27 de agosto de 2011

El Estado Eslovaco en la época nazi. Segunda Parte

La crisis de 1938
A pesar de la evidente solidez democrática de Checoslovaquia frente a la marea totalitaria o dictatorial que asolaba Europa, no pudo resistir al año crucial de 1938. Alemania exigía el territorio bohemio de los Sudetes, donde habitaba una minoría germana, alentada por el nazismo local de Konrad Henlein, personaje al que hemos dedicado un artículo en este blog. Como es bien sabido, esta exigencia provocó una famosa crisis internacional, mortal para Checoslovaquia porque los estados occidentales y sus aliados danubianos la sacrificaron en aras de una ansiada paz. Munich fue el lugar donde se decidió arrebatar a Checoslovaquia una zona del oeste donde vivía un millón de checos y se concentraba la mitad de la industria nacional. Si eso ocurría entre los días 29 y 30 de septiembre, el día 5 de octubre Benes dimitía. A los pocos días, el ejército alemán ocupaba los Sudetes.
Los nacionalistas eslovacos no fueron ajenos a la crisis interna que debilitó Checoslovaquia frente a Hitler. En la primavera de 1838, habían mantenido contactos con representantes de las minorías alemana, polaca y húngara, para formar un bloque anticheco con el objetivo de conseguir la ansiada autonomía política. Cuando el Partido Alemán de los Sudetes elaboró el denominado Plan de Karlovy-Váry, que preveía la desintegración de Checoslovaquia en territorios autónomos, los dirigentes del PPE se adhirieron a él. Una semana después de Múnich, se reunieron en Zilina representantes del Partido Popular, del Partido de los Artesanos, del Partido Agrario y del Partido Socialista-Nacional, y acordaron la creación del Gobierno Autónomo de Eslovaquia, presidido por Josef Tiso, máximo líder ahora del PPE a la muerte en agosto de Hlinka. Ese Gobierno Autónomo estaría bajo el marco de una Checoslovaquia federal. Al no estar al frente Benes al frente, el gran adalid del mantenimiento íntegro de Checoslovaquia, los nuevos dirigentes en Praga se avinieron a las exigencias de Bratislava. El 22 de noviembre de 1938 se aprobaba la Constitución de la Segunda República Checoslovaca, que definía un estado federal integrado por tres territorios autónomos: Chequia, Eslovaquia y Rutenia.
El gobierno de Tiso tuvo que hacer frente a un grave problema, consecuencia directa de Munich: las reivindicaciones territoriales de Hungría, ya que las apetencias de expansionismo alemán habían despertado las de Budapest. La dictadura húngara quería una profunda revisión del Tratado de Trianon y la recuperación de sus fronteras previas. En principio, estas reivindicaciones incluían hasta la propia capital de Bratislava pero el gobierno magiar comunicó que se conformaría con los territorios donde vivía la minoría húngara. El problema residía en que esa minoría estaba muy dispersa en especie de islotes en tierras que bañaba el Danubio. Si se entregaban incluiría a casi medio millón de eslovacos. Tiso solamente estaba dispuesto a ceder algunos enclaves en los que la población magiar fuera mayoritaria. Las negociaciones, pues, se estancaron. Esta tensión alarmó a Berlín porque Alemania no deseaba un enfrentamiento entre Bratislava y Budapest en una zona tan sensible para sus intereses. Al final, ambas partes aceptaron una mediación conjunta de Berlín y Roma. El 2 de noviembre de 1938 se dio el conocido como Arbitraje de Viena, por el que se entregaría a Hungría la totalidad de los territorios que reclamaban. Curiosamente, este acuerdo tan perjudicial para los intereses de Eslovaquia no minó la acusada germanofilia de los gobernantes de Bratislava. El ala fascista del PPE quería dar un paso adelante en relación con la autonomía y convertir a Eslovaquia en un país independiente, en línea con los planes del gobierno alemán. Su principal líder, Tuka, regresó a la primea línea política y con sus seguidores reconstruyeron la Guardia Hlinka, la milicia fascista. Tiso no contaba con los apoyos que había disfrutado su antecesor, Hlinka, y se resistía a dar el paso definitivo de la secesión. Pero, en realidad, Eslovaquia comenzó a estar dominada por una suerte de protectorado alemán. Pieza clave en el creciente control político de Eslovaquia fue la Asociación para la Colaboración Germano-Eslovaca, creada en enero de 1939, bajo la presidencia del cada día más presente, Tuka.