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viernes, 12 de abril de 2013

“Ciencia y sabiduría del amor. Una historia cultural del franquismo (1940‐1960)”


“Ciencia y sabiduría del amor. Una historia cultural del franquismo (1940‐1960)”

Rosa María Medina Doménech



Aborda la historia del amor, en las dos décadas posteriores a la Guerra Civil, como idea cultural, como parte sustancial de la propia comprensión humana de la realidad y como forma de organizar las prácticas individuales y sociales que desempeñaron un papel crucial en la subordinación de las mujeres mediante la definición de su identidad y su subjetividad.
Las diferentes formulaciones del amor heterosexual en la sociedad española de la posguerra permiten profundizar en un aspecto aún bastante desconocido de la cultura del franquismo. Con esta exploración cultural se ha tratado de acceder no sólo a las sutilezas de los aparatos de control del Estado franquista sino, sobre todo, a las resistencias, saberes y tácticas cotidianas producidas por las mujeres de la época.
A través de la historia cultural del amor, en este periodo represivo del régimen franquista, se contribuye de forma significativa al conocimiento de las raíces históricas de los debates actuales sobre el proceso de configuración diferenciada de la identidad y la subjetividad entre hombres y mujeres. Este complejo acercamiento histórico‐cultural ha requerido la compilación de una variada gama de herramientas teóricas y el uso de un amplio abanico de fuentes históricas novedosas.
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miércoles, 6 de marzo de 2013

El poder de la Iglesia en la España contemporánea


El poder de la Iglesia en la España contemporánea.
La llave de las almas y de las aulas
Históricamente, la Iglesia católica española ha monopolizado “la llave de las almas”, ya que no ha tenido la competencia de ninguna otra creencia religiosa desde los Reyes Católicos y, pese a tener que rivalizar a partir del siglo XIX con otros universos simbólicos que no admitían su prerrogativa de la verdad, la sociedad española ha conservado las raíces católicas —merced a la prevalencia de la confesionalidad del Estado— hasta finales del siglo XX. Dispuso de “las llaves de las arcas” mientras fue un estamento privilegiado y, aunque las perdió con la revolución liberal, tuvo a mano el llavero gracias a la indemnización obtenida a partir de los concordatos de 1851 y 1953, que ha continuado con los acuerdos parciales de 1979. No obstante, la compensación más destacada desde el poder civil vino con la entrega de lo que puede calificarse de “llave de las aulas”, pues la educación es un lugar privilegiado para perpetuar su influencia social y moral o su capital simbólico. Este libro determina la evolución del poder de la Iglesia católica española desde sus precedentes hasta la actualidad. Descubrimos los debates historiográficos y el pensamiento crítico de la pugna entre los dirigentes eclesiásticos y civiles y su influencia en la población con el objeto de abarcar los múltiples planos que configuran las entrañas del poder de la Iglesia.
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martes, 18 de diciembre de 2012

El nazismo. Preguntas clave


El nazismo. Preguntas clave

Ian Kershaw et ál.

Ninguna ideología ha suscitado tantos debates y controversias como el nazismo. Este libro propone un punto de vista original sobre los orígenes del Tercer Reich. ¿Cómo llegó Hitler al poder? ¿Explica la propaganda el éxito del nazismo? ¿Todos los alemanes eran nazis? ¿Estaba el antisemitismo en el centro del sistema? ¿Era el führer un dictador absoluto? ¿Cumplió el Tercer Reich sus promesas sociales? ¿1938: el cambio? Las respuestas a estas preguntas por parte de grandes especialistas se encuentran en estas páginas.

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lunes, 10 de septiembre de 2012

La Segunda Internacional


A finales de la década de los años ochenta siglo XIX comenzó a resurgir la idea de la necesidad de recuperar la Internacional porque, a pesar de las distintas vías nacionales que había emprendido el socialismo europeo, los problemas de los proletarios eran idénticos en todas partes. Además, cundió la tesis de que debían coordinarse y relacionarse los partidos obreros.
En 1889, en plenas celebraciones por el centenario de la Revolución Francesa y de la Exposición Universal, se funda la II Internacional en París. La nueva Internacional se constituyó como una organización flexible, para evitar la rigidez de la I Internacional. La organización internacional respetaría la autonomía de los distintos partidos. La cohesión se mantendría a través de los Congresos que, periódicamente, se organizarían. En 1896 se acordó que solamente podrían formar parte de la Internacional las organizaciones que aprobaran la participación en la legislación y actividad parlamentaria. Así pues, la nueva Internacional sería una confederación de partidos socialistas que aceptaban el sistema democrático. Los anarquistas quedaban excluidos.
El congreso fundacional de la II Internacional acordó que el primero de mayo de 1890 se convocara a los trabajadores para reivindicar la jornada laboral de ocho horas. El 1 de mayo se convirtió en una muestra de la fuerza y la solidaridad internacional de los obreros. Su celebración se ha convertido un símbolo adoptado en casi todos los países.
En los congresos de la Segunda Internacional se dieron intensos debates teóricos en torno al marxismo, generalmente, entre dos visiones, una ortodoxa y otra revisionista. Pero, además, se discutió mucho sobre cuestiones de estrategia política. Se planteó la cuestión de la participación de los partidos socialistas en posibles gobiernos de coalición con partidos republicanos de izquierda. Otro de los temas más debatidos tuvo que ver con la postura que debían adoptar los socialistas ante la huelga general. En 1904 se llegó a una postura de compromiso que, en el fondo, supuso la renuncia a este instrumento para terminar con el capitalismo. Pero, al año siguiente, se reabrió el debate cuando estalló la Revolución rusa de 1905, iniciada con una huelga general. Por fin, en 1906, fueron derrotadas las tesis revolucionarias en el seno de la Internacional y se desechó definitivamente el empleo de la huelga general.
En la Internacional se plantearon dos cuestiones internacionales que generaron intensas polémicas. En primer lugar, estaría la cuestión colonial, en pleno auge de los imperios coloniales europeos. Los sectores más a la izquierda eran radicalmente contrarios a cualquier posibilidad de que los socialistas apoyasen la expansión imperialista en sus respectivos estados, pero los más moderados plantearon matices al rechazo del colonialismo, ya que consideraban que podía ser beneficioso para otros pueblos y tenía evidentes beneficios económicos generales para las potencias colonizadoras.
Pero el gran debate fue el de la guerra porque afectó a la propia esencia del internacionalismo. En el Congreso de Stuttgart de 1907 se acordó que había que oponerse rotundamente a la guerra porque solamente beneficiaba los intereses del capitalismo. Se aprobó, además, que había que tomar medidas para organizar o articular esta oposición pero no se detallaron y eso provocó que se reabriera el tema de la conveniencia o no de la huelga general como uno de esos medios. La guerra siguió generando debates en los siguientes congresos. En el de Basilea de 1912 hubo unanimidad al defender la paz. Pero cuando la guerra estalló en el verano de 1914, los socialdemócratas alemanes votaron los créditos de guerra en su parlamento y el resto de partidos socialistas terminaron por alinearse con sus gobiernos respectivos en detrimento del internacionalismo. La Primera Guerra Mundial supuso una grave crisis para la Segunda Internacional. En 1921 nacería la III Internacional pero con un sentido muy distinto a las anteriores. A diferencia de la defensa de la autonomía de los partidos socialistas nacionales, la nueva Internacional postulaba una disciplina rígida y la subordinación al partido bolchevique.
En la II Internacional tuvieron un destacado papel las mujeres y la lucha por la emancipación femenina, a través del Secretariado Internacional de Mujeres Socialistas que, desde 1907, estuvo dirigido por la alemana Clara Zetkin. Desde 1911 el Secretariado promovió la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora el día 8 de marzo.

viernes, 10 de diciembre de 2010