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martes, 29 de enero de 2013

La FLA cuelga online los números de "La Escuela Popular" (1912-1914)


La FLA cuelga online los números de "La Escuela Popular" (1912-1914)
Los/as compañeros/as de la Biblioteca Archivo de Estudios Libertarios de la Federación Libertaria Argentina (FLA) comienzan el año compartiendo la digitalización de La Escuela Popular (1912-1914) órgano de la Liga de Educación Racionalista que ahora se podrá consultar en línea aquí:http://www.federacionlibertaria.org/archivo-digitalizaciones-LA%20Escuel...
“La Escuela popular” fue una publicación de carácter mensual cuyo primer número apareció el día 1º de octubre de 1912, llegando hasta el Nº 20 el día 15 de julio de 1914. Reunió a importantes pensadores políticos e investigadores del campo pedagógico tales como: Alicia Moreau de Justo, Julio R. Barcos, Alberto Ghiraldo, Carlos Vergara, Enrique del Valle Ibarlucea, Juan Carulla, Renato Ghía y Luis Magrassi, quienes también integraron la Comisión Técnico Administrativa de dicha Liga. Alternaron en la dirección de la revista Julio R. Barcos y Mercedes Gamara. Los objetivos que se planteó esta publicación se orientaban a la elaboración de un sistema de educación y de un plan de enseñanza basado en el concepto científico y humanitario de la pedagogía moderna. Posiblemente sea la continuadora de la revista “Francisco Ferrer”. Su director fue Julio Barcos, el redactor Renato Ghia y el administrador Luis Magrassi. Su temática pedagógica incluye artículos anticlericales, de promoción del Esperanto y recordatorios de la muerte de Francisco Ferrer. La dirección de la redacción era Santiago del Estero 464 de Buenos Aires.
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lunes, 4 de enero de 2010

Francisco Ferrer i Guardia

Ferrer i Guardia nació en Alella en el año 1854, en una familia de campesinos. Fue un autodidacta en su formación. En 1873 emigró a Barcelona para entrar a trabajar como ferroviario. Allí comenzaron sus inquietudes: se hizo republicano, ingresó en la Masonería y llegó a ser secretario del político Ruiz Zorrilla. Tuvo que exiliarse en Francia donde vivió una muy larga temporada, unos quince años. Allí se ganaba la vida enseñando castellano, montando negocios, y sin dejar de conspirar contra la Restauración, y a involucrarse en los acontecimientos franceses, como en el affaire Dreyfus, asunto que hemos tratado en este blog. Su postura se alineó con la izquierda. Además, colaboró en la difusión del internacionalismo, y comenzó a fomarse en cuestiones educativas.

Regresó a Barcelona con dinero porque heredó de una discípula rica. Fundó en 1901 la Escuela Moderna, uno de los experimentos pedagógicos más interesantes de la historia contemporanéa española. Se trataba de una escuela con un ideario racionalista e igualitaria, laica y ácrata, no coercitiva y considerada por su fundador, como natural. En 1906 ya tenía 175 alumnos, lo que supuso un éxito evidente, dado que había comenzado con una treintena.

Fundó una editorial con el mismo nombre, dedicada a publicar textos del anarquismo, el sindicalismo revolucionario, manuales escolares y divulgación científica. También dirigió las publicaciones "La Huelga General" y "Tierra y Libertad".

Sus esfuerzos pedagógicos y de divulgación encontraron un amplio eco en Europa. En Bélgica y en Francia fundó en 1907 la Ligue Internationale pour l'education rationale de l'enfance. En Nueva York publicó en 1913 el libro Orígenes e ideales de la Escuela Moderna. Es un libro póstumo y en inglés, y consiguió reafimar su popularidad en el mundo como el anarquista español más famoso.

Ferrer Guardia fue acusado por inducción al asesinato cuando un trabajador de su editorial, Mateo Morral, atentó contra los reyes el día de su boda en Madrid en 1906. Fue absuelto de los cargos en 1907, pero se le impuso una fuerte vigilancia y se cerró su Escuela. En 1909 se le volvió a detener en relación con los sucesos de la Semana Trágica. Fue ejecutado en octubre en Montjuich, después de pasar por un consejo de guerra sumarísimo. Dicho proceso provocó un escándalo internacional. De la importancia de este proceso y de este escándalo dan cuenta los personajes que lucharon por salvarle la vida: H.G. Wells, A. Conan Doyle, G. Bernard Shaw o Kropotkin. Pero Antonio Maura quería que dicha condena fuera ejemplar. De todas las maneras, el escándalo terminó por derribarle en el gobierno.