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jueves, 12 de septiembre de 2013

Fernández-Ladreda

José María Fernández-Ladreda y Menéndez-Valdés nació en Oviedo en 1885, y murió en Bobes (Asturias) en 1954.
Fernández-Ladreda ingresó en la Academia de Artillería en 1903. Cinco años después fue nombrado teniente, cursando la carrera de Ciencias, y doctorándose en la misma; además, obtuvo una cátedra universitaria. Durante la Dictadura de Primo de Rivera fue alcalde de Oviedo. En la República repitió en el cargo al ganar la candidatura de la CEDA a la que pertenecía.
En la guerra se destacó como organizador al ocuparse de cargos vinculados al equipamiento y el armamento, siendo director de la fábrica de armas de La Vega.
En 1943 fue nombrado director de la Escuela Politécnica del Ejército, y dos años después fue elevado a la cartera de Obras Públicas. Allí estuvo ejerciendo su cargo hasta el año 1951. Fue miembro del CSIC, académico de Ciencias y Farmacia, consejero nacional del Movimiento y procurador en Cortes.

martes, 16 de agosto de 2011

Acción Agraria del Alto Aragón

En nuestro repaso por los partidos políticos de la historia contemporánea española nos acercamos a Aragón para tratar sobre Acción Agraria del Alto Aragón. La formación nació en octubre de 1933 en el momento de reorganización de la derecha española en torno a la CEDA. Acción Agraria aglutinó una serie de asociaciones y formaciones previas: Juntas de Defensa Social de Huesca, Barbastro y Graus; la Asociación de padres y alumnos, creada ese mismo año para defender la enseñanza católica; y la Juventud Católica. Es importante, además, que la nueva formación atrajo a una serie de políticos monárquicos del Alto Aragón, como José María Lacasa, Agustín Soler, Francisco Francoy, Vicente Campo, Vicente Susín y, especialmente, Pedro Sopena, que pasó a dirigir la Acción Agraria. Como era habitual en la época, el partido contó con el apoyo mediático de un periódico. En este caso, era “La Tierra”, llevado por Martínez Ballesta, destacado redactor de “El Debate”, periódico fundamental en el ámbito del catolicismo español.


El triunfo electoral del centro-derecha en 1933 impulsó al partido en su ámbito geográfico. Se crearon comités en muchos lugares, así como sindicatos católicos-agrarios.

La base social de Acción Agraria se reparte entre los grandes propietarios rurales, como José Moncasi, José María Foncillas, Susín y Sopena, ya citados; los industriales y comerciantes (Mateo Estuán o Bernardino Oliván); abogados como Lacasa o Vidal Tolosana; y, por fin, profesores (Vicente Campo o Miguel Mingarro).





Nos hemos basado en GEA:



http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=181&tipo_busqueda=3&nombre=&categoria_id=3&subcategoria_id=18&conImagenes


lunes, 30 de mayo de 2011

José Finat y Escrivá de Romaní

José Finat y Escrivá de Romaní nació en Madrid en el año 1904. Finat fue conde de Mayalde y Grande de España. Se licenció en Derecho por la Universidad de Madrid. En la República fue diputado de la CEDA por Toledo, en las legislaturas de 1933 y 1936. Mantuvo una relación de amistad con José Antonio Primo de Rivera e hizo gestiones para liberarlo de su prisión en Alicante. Se afilió a Falange en el año 1936.




En la guerra civil Finat sirvió en el bando sublevado como álferez de artillería. Ramón Serrano Suñer la llamó para que se hiciera cargo de su secretaría política cuando fue nombrado en 1938 ministro de la Gobernación.



Al terminar la guerra fue nombrado gobernador civil de Madrid aunque solamente lo desempeñó unos pocos meses porque fue ascendido a director general de Seguridad hasta el año 1940. En ese año, Serrano Suñer le encomendó la embajada en Berlín, puesto que ocupó hasta 1942, cuando cesa Serrano Suñer del cargo de ministro de Exteriores.



Entre 1952 y 1965 fue alcalde de Madrid por designación directa de Franco. Al terminar esta responsabilidad se dedicó a la agricultura y ganadería.



Durante todo el franquismo fue procurador en Cortes y en 1971 fue nombrado consejero nacional del Movimiento. Falleció en 1995.

domingo, 23 de enero de 2011

Oriol Anguera de Sojo

Oriol Anguera de Sojo nació en Barcelona en 1897. Jurista y político ingresó en el Partit Catalanista Republicà. Será nombrado presidente de la Audiencia Territorial en abril de 1931. Entre agosto y diciembre de dicho año será gobernador civil de Barcelona. En este puesto se destacará contra la huelga convocada por la CNT. Anguera de Sojo será un destacado opositor a la Ley de Contratos de Cultivos. Dejará la Lliga y colaborará en la fundación de Acción Popular Catalana, vinculándose dicha formación a la CEDA. En el gobierno de Lerroux será ministro de Trabajo (octubre de 1934-abril de 1935). Antes de empezar la guerra abandonó la política para dedicarse a su trabajo como abogado. Murió en Barcelona en 1956.

Acción Popular Catalana

Acción Popular Catalana fue un partido político fundado en octubre de 1934 y adherido a la CEDA. Estaba dirigido por Oriol Anguera de Sojo y Josep Cirera. Su base social se encontraba en parte de la burguesía agraria, especialmente a raíz de su oposición a la Ley de Contratos de Cultivos de Cataluña. En las elecciones de febrero de 1936 se encuadró en el Frente Catalán de Orden. Al estallar la guerra civil la formación política desaparecerá. Muchos de sus dirigentes terminaron por colaborar con el régimen franquista.

martes, 30 de noviembre de 2010

Arriba

“Arriba” fue la publicación falangista más importante. Su primer número apareció en Madrid el 21 de marzo de 1935, bajo la dirección del propio José Antonio Primo de Rivera. En su primera etapa fue semanario. Entre julio y octubre de 1935 su publicación se suspendió por orden gubernativa por un artículo publicado contra la CEDA. Dejó de imprimirse, también, cuando Falange fue prohibida después el triunfo del Frente Popular. Su último número salió a la calle el 5 de marzo de 1936.
La segunda época o etapa de “Arriba” se inicia el 29 de marzo de 1939 cuando las tropas franquistas entran en Madrid. El diario se editaba en los talleres del antiguo diario “El Sol”, confiscados por el gobierno. “Arriba” pasó a ser una publicación de la cadena de prensa del Movimiento Nacional. Se designó como director de “Arriba” a José María Alfaro, que permaneció en su puesto hasta finales de 1939. Su sucesor fue Xavier de Echarri.
Los principales protagonistas del régimen franquista escribieron en páginas, incluido el propio Franco aunque con pseudónimo, como Hakim Boor, entre otros.
En junio de 1979 dejó de publicarse en el momento de crisis y desmantelamiento de la prensa de Movimiento.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Confederación Española de Derechas Autónomas. La CEDA

La CEDA o Confederación Española de Derechas Autónomas fue un partido resultante de la fusión de varios grupos políticos. Entre ellos destacaron dos: Acción Popular, dirigida por José María Gil Robles, y la Derecha Regional Valenciana de Luis Lucía.

Anteriormente, Acción Popular se denominó Acción Nacional, aunque en 1932 cambió de nombre a Popular. Este partido tenía como objetivos la defensa del catolicismo y del orden social. Se puede considerar el principal partido de derechas y con un líder como Gil Robles que tenía experiencia política de la época de la Dictadura de Primo de Rivera.

En el otoño de 1933 se producen diversos movimientos en la derecha española aprovechando la crisis política que vive la colación gobernante. En octubre se crea la CEDA.

La nueva formación política tenía los siguientes puntos programaticos:

-Afirmación y defensa de los principios de la civilización cristiana.

-Necesidad de una revisión constitucional de acuerdo con estos principios, es decir, revisión del laicisimo del Estado, como había quedado establecido en la Constitución de 1931.

La CEDA participó a partir de 1934 en los gobiernos de la República, en el denominado Bienio radical-cedista. El partido aglutinó a diversos sectores de la derecha: desde elementos de tendencia fascista, muy presentes en las Juventudes de Acción Popular (JAP), hasta democristianos, centralistas y hasta autonomistas con los representantes de la Derecha Regional Valenciana. Esta mezcla produjo cierta ambigüedad.

La CEDA fue perdiendo influencia y militancia a partir de 1936 cuando parte de la derecha decidió que la mejor solución no pasaba por participar en el juego político sino apoyar la sublevación militar.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La constitución de la CEDA

“Anoche se constituyó, entre vítores de entusiasmo, la Confederación Española de Derechas Autónomas. Las mujeres y los jóvenes, puestos en pie sobre las sillas, como si éstas fueran un peldaño que llevara a los altos ideales comunes, certificaron la unidad de pensar, de querer y de obrar de las 750.000 personas representadas directamente en ese acto solemne.
Cerraron la asamblea dos intervenciones: la de un obrero valenciano, vestido con la negra blusa de su región, el Sr. Martín, y otra del Sr. Gil Robles.
-Me dirijo a todas las derechas, a todos los ciudadanos de buena voluntad -decía el primero- para decirles que somos responsables ante España y ante Cristo de la salvación de aquélla. Hablo en nombre de los hombres de mi clase, de los obreros españoles, que en su noventa por ciento son honrados, para deciros que tenemos interés en que quienes creen en Cristo y en el Papa cumplan lo que Cristo y el Papa ordenan. Muchos de vosotros sois aristócratas y ricos, y por eso mismo tengo un gusto especial en hablaros.
Si los católicos, por haber dejado de serlo, hemos sido los causantes de lo ocurrido en España, pensemos que es esta la hora de rectificar el camino, pues para hacer el bien todos los instantes son el instante supremo. Los obreros tenemos derecho a esperar mucho de esta asamblea.
Poco después, Gil Robles, en las palabras finales, decía:
-Debemos felicitarnos de los trabajos, de la misma diversidad de tendencias manifestadas, porque sólo han revelado la pugna de llevar a las conclusiones la interpretación más fiel y avanzada de la doctrina social y política cristiana. Dios ha bendecido nuestros trabajos porque los ha presidido la humildad del corazón y la pureza de los fines. Me limito, pues, a darle las gracias y a declarar solemnemente que ha quedado constituida la C.E.D.A., que ha de ser el núcleo derechista que salve a la Patria, hoy en peligro.
Se leyó y subrayó con vítores a Navarra el saludo y adhesión telegráficos remitidos por la «Liga de Mujeres Tudelanas», y una carta emocionada sobre el programa social de Acción Popular y las conclusiones a que ustedes han llegado.
Viejo ya, doy por bien empleados los golpes sufridos al defender eso mismo, y es para mí un gran consuelo ver que aquellas viejas sugestiones que presentábamos con timidez, como un requerimiento leal de la fraternidad cristiana y como una lucecilla de ideal, esos jóvenes y esas masas de Acción Popular las están convirtiendo en antorchas con las que espero han de prender incendios espirituales de redención próxima de España.
Nuestro ideal ya no muere. A él dediqué lo mejor de mi vida, y al ver asegurada su perpetuidad, no me importa ya morir.»
El señor Fernández Ladreda pidió que se hiciera constar como dos conclusiones finales del Congreso la derogación de las leyes de excepción y la petición de garantías ante la próxima lucha electoral.
Cuando la asamblea se disponía a levantarse, el señor Gil Robles propuso, y los reunidos asintieron unánimes, dirigir un telegrama de protesta en nombre de los 800.000 afiliados de la C.E.D.A., al Ayuntamiento de Bilbao, por el acuerdo de derribar el monumento al Sagrado Corazón de Jesús.
Las coincidencias que deben unir a las derechas
Así terminó sus trabajos sobre política, municipalismo, cuestiones sociales, agrarias, política internacional y, en suma, cuantos grandes problemas generales tiene planteados una agrupación de partidos modernos, el Congreso e la C.E.D.A., que comenzó bajo el signo de la Cruz cinco días antes.
Al discutirse, por la tarde, después de terminar todas las secciones sus respectivos trabajos, el Estatuto de la C.E.D.A., se admitieron como coincidencias fundamentales de los partidos que la integran -aparte de las conclusiones aprobadas en detalle- las siguientes, debidas a la iniciativa de la Derecha Regional Valenciana:
a) Afirmación y defensa de los principios fundamentales de la civilización cristiana.
b) Necesidad de una revisión constitucional de acuerdo con dichos principios.
c) Aceptación, como táctica para toda su actuación política, de las normas dadas por el Episcopado a los católicos españoles en su declaración colectiva de diciembre de 1931.
El peso de los debates recayó ayer sobre Medina Togores, defensor de la ponencia sobre los Estatutos de la C.E.D.A. y autor de la relativa a organización interna del partido de Acción Popular.”

El Debate, de 5 de marzo de 1933

martes, 27 de julio de 2010

La crítica a la democracia de Serrano Suñer

En la ponencia número trece del programa de la CEDA, Serrano Suñer expresa la siguiente crítica a la democracia:

"La democracia liberal, con su doble signo -parlamentarismo y sufragio universal e igual- está totalmente fracasada como instrumento de gobierno en todos los países del continente o que es inútil obstinarnos en asimilar el inasimilable régimen anglosajón. El genio latino lo rechaza. El parlamentarismo ha concluido señala nuestra aspiración (...) que el pueblo se incorpore al Gobierno de un modo auténtico, en su realidad orgánica y jerárquica, en oposición al modo actual de artificiosa participación directa e inorgánica, que abre cauce institucional a todas las veleidades irreflexivas e histéricas (...)."

Se trata de un ejemplo propio de las tendencias fascistas y corporativas contrarias a la democracia de los años treinta en muchos lugares. Lo más particular al caso español sería esa concepción del supuesto genio latino que impide que funcione la democracia, sistema que, según nuestro autor, no sería autóctono sino de origen anglosajón.

La democracia establecería una representación inadecuada al abrir la puerta a la irreflexión y la histeria. El pueblo debería incoporarse a las tareas de gobierno respetando la jerarquía, recordemos la crítica al sufragio universal. La alternativa sería el corporativismo, que trataremos en otro artículo.

(Esta cita está sacada de Joan Maria Thomàs,Ramón Serrano Suñer, Barcelona, Ediciones B, Colección "Cara y Cruz", págs. 214-215).

viernes, 8 de enero de 2010

Miguel Maura. Otra derecha

El artículo en la sección de Cultura de la edición impresa del diario "El País" de 15 de abril, sobre la reedición aumentada de la obra clásica de Miguel Maura, Así cayó Alfonso XIII, por parte de su nieto el profesor e historiador Joaquín Romero Maura, que prologa el libro e incluye nuevos textos del político, hasta la llegada de Franco, es una noticia muy importante para los historiadores. La obra de Maura se publicó en el año 1962 en México, y no pudo ser editada por Ariel en España hasta 1966. En 1981 se pudo publicar sin censuras.

Miguel Maura es un personaje muy interesante en la época de la llegada de la República, como lo fue, indudablemente, y mucho más su padre, Antonio Maura en el reinado de Alfonso XIII. Miguel uno de los autores del famoso Pacto de San Sebastián que permitió la llegada de la República, después del fracaso de la Monarquía. Miguel Maura representa una tradición conservadora española profundamente democrática, legalista y defensora de las instituciones. Maura quiso que esa derecha participara activamente en la República, defendiendo sus posturas e ideas, intentando obtener el poder pero no para desvirtuar el sistema para crear otro nuevo, lo que le enfrentó a la CEDA y a Gil Robles, ni para usar el poder de forma fraudulenta como Lerroux.

Maura participó en el primer gobierno de la República y en la intensa etapa constitucional. Ferviente católico, pero no ultramontano, terminó por enfrentarse al anticlericalismo de la parte de izquierdas del gobierno, lo que hizo que dimitiera del gobierno, como también lo hizo Alcalá-Zamora, otro de los paladines conservadores demócratas de esta etapa crucial de nuestra historia. Maura intentó convencer en el gobierno sobre el arraigado catolicismo en España y que había que buscar alguna forma de entendimiento con la Iglesia.

Maura es una figura fundamental, un posible referente para la construcción de una tradición conservadora española legalista, demócrata, no reaccionaria, ni contraria a las libertades. Nuestra derecha sí tiene personajes donde poder construir esa memoria, más o menos liberales, más o menos demócratas, pero todos ellos alejados de posturas maximalistas, maniqueas, extremistas y rozando o entrando de lleno en el fascismo. Se puede proponer una línea que nacería con Cánovas, seguiría con Antonio Maura, su hijo y Alcalá-Zamora, con algunos otros personajes menos conocidos, y con otros de la crisis de la Restauración que, en aquel momento estaban en la izquierda del sistema, pero hoy serían centristas o conservadores liberales.

Esta nueva edición es una grata noticia. Tengo una edición anterior de este libro vívido, escrito por un protagonista de aquellos días, pero me haré con el nuevo. Me interesan mucho las opiniones de Maura posteriores a la llegada de la República, y el texto de su nieto.

Quizás, en un mensaje futuro, tendremos que detenernos en el patriarca de la familia, Antonio Maura, un personaje aún más importante, con grandes claros y algún otro oscuro en su gestión.

miércoles, 6 de enero de 2010

Concepto de derecha

¿Qué se entiende por derecha?, ¿es una única ideología o abarca, en la historia contemporánea, varias manifestaciones?, ¿es un término peyorativo?, ¿todos los que, en teoría, pudieran estar en su órbita se reconocen en este término? Vamos a hacer algunas consideraciones.

Por derecha se puede entender el conjunto de posturas, ideas, y actitudes políticas que tienen que ver con la preferencia en el sentido del deber, la defensa de la tradición y el mantenimiento de las jerarquías. Esta última idea puede traducirse, tanto por una defensa de los privilegios heredados, especialmente en un contexto histórico pasado y no tanto de hoy en día, como de reconocimiento de méritos personales, en una concepción más moderna.

El concepto de derecha nace en la Revolución Francesa y por algo, aparentemente muy anecdótico. En los Estados Generales, la nobleza se sentaba a la derecha y ésta era partidaria de mantener las estructuras del Antiguo Régimen. Cuando triunfa la Revolución Liberal y se consolida, la derecha pasa a indentificarse con la burguesía triunfante y defensora del nuevo orden ahora cuestionado desde abajo por las crecientes corrientes democráticas y por el movimiento obrero.

La derecha abarca varias manifestaciones en la historia contemporánea en un abanico muy grande: desde posturas populistas hasta el propio fascismo, hasta partidos o movimientos autoritarios y el propio liberalismo que aceptaría la democracia siempre y cuando la propiedad y el mercado estén garantizados. Es, pues, un concepto o término amplio y depende del contexto histórico en el que estemos. Pensemos en la propia historia de España en el siglo XX. El concepto de derechas puede ser aplicado al maurismo, a las ideas de la dictadura de Primo, a la CEDA y todos los partidos y agrupaciones que la componían, al falangismo, a las ideas de Acción Católica, al conjunto de ideas del franquismo, a la UCD o al Partido Popular, y como vemos, hay grandes diferencias internas. Unos son partidos o movmientos autoritarios y/o reaccionarios y hasta dictatoriales, y otros, como los dos últimos ejemplos, son partidos democráticos. Conviene insistir en la importancia del contexto histórico para entender estas cuestiones.

En la actualidad se suele usar por sus adversarios como algo peyorativo, y algunas derechas tienden a autodenominarse centro-derecha (en España, también podemos comprobar esta cuestión). La derecha reaccionaría a las tendencias de intervención del estado en la economía a través de las políticas fiscales progresivas o en la regulación de mercados, así como contra la extensión del reconocimiento de derechos sociales y/o de minorías. La derecha critica estas políticas de igualitaristas. En contraposición, la derecha defiende el concepto tradicional de familia, de un Estado fuerte o paternalista pero no interventor en la economía, tiende al nacionalismo. Por fin, la derecha puede, también, valorar la importancia de la religión.