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domingo, 23 de febrero de 2014

Reinhard Heydrich

Reinhard Heydrich nació en 1904. Fue uno de los más destacados líderes nazis, uno de los más despiadados que existieron. En 1931 ingresó en las SS, siendo ascendido a jefe de los Servicios de Seguridad de Baviera a lo dos años. En 1934 fue uno de los protagonistas del golpe contra Röhm y las SA. Se convirtió en jefe de la Gestapo. Himmler le nombró jefe de los Servicios de Seguridad interna. Heydrich fue el hombre que controló la policía nazi. Fue, también, uno de los protagonistas en poner en marcha la "solución final".
En 1942 se le nombró diputado "protector" de Bohemia. Allí encontró la muerte en el que, quizás sea la acción más importante de la resistencia en Europa, en un atentado en pleno centro de Praga. Pero la venganza nazi no se hizo esperar. La ira cayó sobre el pueblo de Lidice. Fue destruido por las SS y la Gestapo el 10 de junio de 1942. Todos los hombres fueron asesinados, más de ciento sesenta, y las ciento noventa mujeres fueron deportadas a Ravensbrück. Los niños, unos noventa y seis, fueron enviados a campos de las SS para ser "germanizados". De las mujeres deportadas, murieron cincuenta y dos.

miércoles, 13 de enero de 2010

Zentrum

Uno de los primeros partidos que podríamos considerar de inspiración democristiana fue el Zentrum alemán, el partido católico conservador, que tuvo una larga vida entre 1871 y 1933. Nació al calor de las políticas anticatólicas del canciller Bismarck. Después, comenzó a ser un partido imprescindible en las coaliciones de gobierno del período de transición de un siglo al otro y, muy especialmente, en la República de Weimar. Los nazis disolvieron el partido. Al terminar la guerra, muchos de sus cuadros montaron la actual CDU.
En la época de Bismarck, el Zentrum (Zentrumpartei), y dirigido por Winddhorst era fuerte en Baviera, y en el Rin. Defendía un programa democristiano:
1. Intervención del estado a favor de los trabajadores.
2. Defensa de los católicos, frente al protestantismo del norte prusiano.
También defendía el federalismo y el parlamentarismo. Fue un partido que se organizó como de masas, como lo era el socialdemócrata, pero siempre estuvo dominado por una élite de aristócratas y de burgueses.
La Alemania de Bismarck tenía un problema religioso. El 60% de la población era protestante, aunque en el sur bávaro y en la zona de la Renania eran mayoritarios, teniendo cierta fuerza en Baden, Silesia y Posnania. Recordemos que el Sacro Imperio Germánico quedó dividido después de la Paz de Westfalia en el año 1648, tratado por el que termina la Guerra de los Treinta Años, entre católicos y protestantes, muerto ya el ideal del emperador Carlos.
Las dos confesionalidades que hoy no suponen ninguna dificultad o enfrentamiento, ya que de hecho la democracia cristiana alemana aglutina a ambas confesiones, sí generaron conflictos en la Alemania del último cuarto del siglo XIX. El Kulturkampf, movimiento cultural protestante, supuso un enfrentamiento con la jerarquía católica. Kulturkampf es en alemán, lucha de culturas. Este conflicto fue protagonizado por el canciller Bismarck durante muchos años, desde el nacimiento del Imperio hasta el año 1887. Bismarck estaba alarmado por los decretos emanados del Vaticano por los cuales la Iglesia tenía un derecho anterior al del Estado a la obediencia de los ciudadanos, es decir, lo que se conoce como ultramontanismo. También se preocupó por la creación del Zentrum que se hizo fuerte en los estados y zonas católicos, con un marcado carácter antiprusiano, y se interpreta, además, que su catolicismo debilitaba los vínculos con el recién creado Imperio, establecido y regido bajo la batuta de Prusia. Es, entonces, cuando el canciller de hierro reacciona con la promulgación de las Leyes Falk, por las cuales la Iglesia tenía que someterse al Estado. El Vaticano intervino ante el gobierno alemán y, después de una serie de negociaciones se llegó al acuerdo en 1887 de restablecer los derechos de los católicos, mientras éstos terminaban por vincularse, claramente, con el Imperio.