miércoles, 31 de marzo de 2010

Nacionalismo vasco. Primera Parte

En los territorios vascos se parte de una situación distinta a la de Cataluña. Hasta el fin de la primera guerra carlista en el año 1839 se disfrutaba de la existencia íntegra de los Fueros. Estos fueros suponía la existencia de instituciones propias como las Juntas Generales, leyes y finanzas propias, aduanas, impuestos y ciertos privilegios en relación con las contribuciones. El Abrazo de Vergara no supuso el fin completo de estos derechos y, con recortes, se mantuvo la situación hasta la Restauración. El fin de la tercera guerra carlista en 1896 supuso la pérdida de la autonomía administrativa vasca y navarra, conservando cierta autonomía financiera a través de los Conciertos Económicos. Comienza a generarse un sentimiento de resentimiento hacia el gobierno central.

martes, 30 de marzo de 2010

Aragonesismo

El aragonesismo surgió en la segunda mitad del siglo XIX en el seno de la burguesía aragonesa interesada en impulsar la defensa del Derecho Civil aragonés, la reivindicación de valores culturales particulares y la recuperación de los orígenes del reino y de sus instituciones surgidas en la Edad Media.

A este aragonesismo se añadió pero en la periferia del mismo la figura de Joaquín Costa, que aunque no era ni regionalista ni nacionalista, sí reinvindicó los derechos del campesino aragonés y de su mundo. Pero hasta la llegada de la Segunda República no se puede decir que aparecieran figuras y entidades que hicieron formulaciones autonomistas o de descentralización administrativa.

lunes, 29 de marzo de 2010

Galleguismo. Manifiesto de la Liga Gallega en 1899

Se inserta un fragmento del Manifiesto de la Liga Gallega, dado en Santiago el 24 de junio de 1899:

"No nace hoy la Liga Gallega de Santiago, constituida desde que la autoridad aprobó sus estatutos en julio de 1898 (...) las circunstancias y porque entonces y después atravesó España, no eran oportunas para manifestar en alta voz nuestro pensamiento (...). Tristístimos y vergonzos sucesos, que han labrado la ruina del Estado español (...) deseamos la supresión de los gobiernos civiles, diputaciones provinciales y demás funcionarios y centros (...) y pedimos para Galicia (...) una Diputación regional, a la cual corresponderá atender y resolver, con independencia del poder central, los asuntos peculiares a la pequeña patria.

Queremos también la desparición de los ayuntamientos rurales, odiosos albergues del caciquismo (...)

En nuestros asuntos administrativos y judiciales queremos que se tramiten y resuelvan en todas las instancias, dentro del territorio gallego (...)

Reclamamos (...) un sistema tributario y prefijar por medio de conciertos con el Estado, un cupo anual"

domingo, 28 de marzo de 2010

Galleguismo

El galleguismo comienza con el Rexurdimento, es decir con el resurgimiento de las letras y de la cultura gallegas de manos de Rosalía de Castro y de Manuel Condal, con el apoyo de Emilia Pardo Bazán. El paso a cuestiones políticas, a la toma de conciencia del galleguismo se da en el momento de la república federal en el año 1873. Moreno Barcia presenta un proyecto de Constitución galaica en el año 1887.

Hacia finales del siglo XIX el galleguismo comienza a tener cierta fuerza en sectores de la clase media gallega. Es la época de Valentín Lamas Carvajal y de Alfredo Brañas. Éste último publica en el año 1889 El Regionalismo. Brañas es de tendencia conservadora y está empeñado en luchar contra el caciquismo y por la redención de los foros. Su conservadurismo se cifra en su rechazo del parlamentarismo. A continuación surge una de las figuras clave del galleguismo, Manuel Martínez Murguía, que atrae a importantes sectores de la clase media en la Asociación Regionalista Gallega de 1891, y luego en la Liga Gallega de 1897.

sábado, 27 de marzo de 2010

Valencianismo. Texto de Faustí Barberá

Se incluye un texto de Faustí Barberá:

De regionalismo y valencianismo. Discurso viejo y comentarios nuevos (Valencia, 1910)

"Enseñando nuestra historia, estimulando nuestro arte, impulsando nuestra ciencia, despertando el espíritu de asociación y haciendo renacer el amor colectivo a nuestra raza y reavivando y purificando nuestra lengua, irá preparando el regreso de los valencianos a lo valenciano; irá determinando la concentración regional y concentrando y dando tono y firmeza persistentes a esta aspiración que, de una parte, ha de hacer frente a la absorción y asimilación castellana y por otra se declarará en condiciones de exigir, para nuestro antiguo Reino, el derecho de gobernarse y arraigar en nuestro territorio todos aquellos asuntos que son de su total y propia incumbencia."

(Texto citado por Alfons Cucó, El valencianismo político. 1874-1939, Barcelona, Ariel, 1977, pág. 31)

viernes, 26 de marzo de 2010

Valencianismo

El valencianismo tiene un origen cultural vinculado a la Renaixença, con figuras como Teodoro Llorente, Constantí Llombart, Félix Pizcuela o Vicente Querol. El valencianismo conservador es la línea defendida por Llorente, vinculada a lo literario y a la burguesía pero sin connotaciones políticas de signo autonomista o independentista. Esa postura defiende la unidad de España, y está ligada a los Jocs Florals de 1879. Por otro lado, Constantí Llombart defiende una postura política valencianista. Está muy pendiente de los logros del catalanismo. Conviene aludir en esta etapa las figuras de Lluís Tramoyeres o Faustí Barberà i Martí porque en sus escritos empiezan a tratar del resurgir de la identidad valenciana.

A principios del siglo XX aparecen entidades de carácter regionalista aunque minoritarias como "Valencia Nova" de 1904 que organizó la Primera Asamblea Regionalista Valenciana en el año 1907.

jueves, 25 de marzo de 2010

Catalanismo. Cuarta Parte

La burguesía catalana implicada e integrada en el sistema de la Restauración opta, ante la situación general, por aliarse con los defensores del catalanismo como Prat o Almirall en una coalición electoral que triunfa en las elecciones de 1901. Estamos en el inicio de la creación del primer partido catalán conservador, la Lliga Regionalista de Francesc Cambó y Prat de la Riba. El principal objetivo del partido era lograr la autonomía dentro del Estado español.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Catalanismo. Tercera parte

Cuando finaliza el siglo XIX el catalanismo está muy desarrollado en toda Cataluña. Se trata de un sentimiento arraigado de existencia de una identidad lingüística y cultural propias y de un orgullo derivado de dicho sentimiento. Este catalanismo es aún regionalista, aceptando la pertenencia a España, aunque, como hemos visto en las Bases de Manresa se reivindique poder político para Cataluña dentro del Estado español.
El desastre de 1898 provocó una situación de enfrentamiento entre el poder central y los nacientes regionalismos periféricos o no españolistas, que pasaron a ser nacionalistas. En este sentido es muy interesante la Carta de Duran i Bas a Francisco Silvela del 5 de enero de 1899:
“Va acentuándose aquí la creencia de que dentro de breves años sufrirá España una desmembración; este peligro comienza a mirarse como natural y, lo que es más triste, con indiferencia. Se reconoce que Cataluña podrá ser absorbida por Francia, pero lo más alarmante del hecho es que la contestación que se da a los que hacen tal advertencia es la siguiente: peor gobernados que por la gente de Madrid no lo podemos estar. Usted, conociendo ahora estos hechos, apreciará si en su próximo discurso le conviene apoderarse de algunas de las afirmaciones del general Polavieja que más entusiasmo han producido aquí, en Zaragoza y algunos otros puntos, y si le conviene, como yo creo, ser explícito, tanto para inspirar a las clases neutras como para calmar la excitación de los regionalistas de Cataluña, Vascongadas y Galicia, los más peligrosos por su proximidad a Francia y a Portugal”.
El catalanismo adquiere fuerza política primero con las aspiraciones de Polavieja que presenta en un manifiesto de primero de septiembre de 1898 donde, además de criticar al caciquismo, la corrupción administrativa, la necesidad de reformas educativas y hacendísticas, hace una defensa de la descentralización. Para este militar era una necesidad imperiosa que la vida económica del país se desenvolviera sin las trabas de la centralización que ya levantaba protestas alarmantes. Se estaría ciego si no se viera que las regiones españolas, especialmente las que aventajaban en riqueza y que atribuían al poder central los malos resultados de la política seguida hasta ese momento. Después, en el gobierno de Silvela de 1899 entrará el catalán Duran I Bas, el autor del texto que hemos insertado.
El catalanismo sigue sin ser segregacionista, pretende regenerar desde la periferia el desatre en el que se había precipitado España.

martes, 23 de marzo de 2010

Catalanismo. Segunda Parte. Las Bases de Manresa

Entre los días 25 y 27 de marzo de 1892 en Manresa la Unió Catalanista organizó una asamblea de delegados con el fin de elaborar el programa político de la entidad. El resultado fueron las Bases per la Constitució Regional Catalana, más conocidas como las Bases de Manresa. El presidente de la asamblea fue Lluís Domènech i Montaner, actuando como secretarios Enric Prat de la Riba y Josep Soler i Palet. Las Bases tenían una inspiración federal y un origen en las antiguas leyes o libertades catalanas previas a 1714.


LAS BASES DE MANRESA

Poder central
Base 1a. Sus atribuciones.
a. Las relaciones internacionales.
b. El ejército de mar y tierra, las obras de defensa y la enseñanza militar.
c. Las relaciones económicas de España con los aranceles y el ramo de Aduanas.
d. La construcción, y conservación de carreteras, ferrocarriles, canales y puertos que sean de interés general....
e. La resolución de todas las cuestiones y conflictos interregionales
f. La formación del presupuesto anual de gastos.
Poder regional
Base 3 a. La lengua catalana será la única que, con carácter oficial, podrá utilizarse en Cataluña y en las relaciones de esta región con el Poder Central.
Base 4 a. Sólo los catalanes, lo sean por nacimiento o por virtud de naturalización, podrán desempeñar en Cataluña cargos públicos, incluso tratándose de gobernativos y administrativos que dependan del Poder central. También deberán ser ejercidos por catalanes los cargos militares que comporten jurisdicción.
Base 5a. La división territorial sobre la que se desarrolla la gradación jerárquica de los Poderes gubernativos, administrativos y judiciales, tendrá por fundamento la comarca natural y el municipio.
Base 6a. Cataluña será la única soberana de su gobierno interior. Por lo tanto, dictará libremente sus leyes orgánicas; cuidará de su legislación civil, penal, mercantil, administrativa y procesal; del establecimiento y percepción de impuestos; de la acuñación de moneda, y tendrá todas las demás atribuciones inherentes a la soberanía que no correspondan al Poder central, según la Base 1".
Base 7 a. El Poder legislativo Regional radicará en las Cortes Catalanas, que deberán reunirse todos los años en época determinada y en lugar diferente. Las Cortes serán formadas por sufragio de todos los cabezas de familia agrupados en clases fundadas en el trabajo manual, en la capacidad o en las carreras profesionales y en la propiedad, industria y comercio, mediante la correspondiente organización gremial en lo que sea posible.
Base 8 a. El Poder judicial se organizará restableciendo la antigua Audiencia de Cataluña. Su presidente y vicepresidentes, nombrados por las Cortes, constituirán la suprema autoridad judicial de la Región, y se establecerán los Tribunales inferiores que sean necesarios, debiendo ser fallados en un período de tiempo determinado, y en última instancia dentro de Cataluña, todos los pleitos y causas.Se organizarán jurisdicciones especiales como la industrial y la del comercio. Los funcionarios del orden judicial serán responsables.
Base 9". Ejercerán el Poder ejecutivo cinco o siete altos funcionarios nombrados por las Cortes, los cuales estarán al frente
de las diversas ramas de la administración regional.
Base 13". La conservación del orden público y seguridad interiores de Cataluña serán confiadas al sometent, y para el servicio activo permanente se creará un cuerpo semejante al de los Mossos d'Esquadra o de la Guardia Civil. Todas esas fuerzas dependerán por entero del Poder regional.
Base 15". La enseñanza pública, en sus diferentes ramas y grados, tendrá que organizarse de una manera adecuada a las necesidades y carácter de la civilización de Cataluña.
La enseñanza primaria será sufragada por el municipio, y, en su defecto, por la comarca; en cada una de ellas, según sea su carácter agrícola, industrial, comercial, etc., deberán establecerse escuelas prácticas de agricultura, de artes y oficios, de comercio, etc. Deberá informar de los planes de enseñanza, el principio de división y especialización de las carreras, evitando la enseñanza enciclopédica.
Base 16". La Constitución Catalana y los derechos de los catalanes estarán bajo la salvaguarda del Poder ejecutivo catalán, y cualquier ciudadano podrá interponer demanda ante los tribunales contra los funcionarios que la infringieren.

Manresa, 27 de marzo 1892. - El Presidente,
Lluís DOMÉNECH I MONTANER. - Los secretarios, Enric PRAT DE LA RIBA, Josep SOLER I PALET.

Sacadas del siguiente enlace: http://www.paraprofesores.com/Historia%20segundo%20bachillerato/Textos/2003%202004/Bases%20de%20Manresa.pdf

lunes, 22 de marzo de 2010

Catalanismo. Primera Parte

El centralismo del Estado liberal frustró las aspiraciones de los catalanes en pleno proceso de Revolución Industrial. En las décadas centrales del siglo XIX se produce el fenómeno cultural de la Renaixença cuando la lengua y la cultura catalanas son recuperadas con brío. Es el primer paso para el surgimiento del catalanismo.
Durante el Sexenio Democrático (1868-1874) comienza a plantearse que Cataluña tenía una personalidad propia. A través del republicanismo federal se aspira a tener instituciones política y administrativas propias. La Restauración frustra esta aspiración aunque, no cabe duda, que parte de la alta burguesía catalana apoyó el regreso de los Borbones.
Al final de la década de los años setenta comienzas a surgir personalidades, grupos y asociaciones defensoras de los derechos propios de Cataluña. En 1879 el ex republicano Valentí Almirall saca su Diari Català, que interviene en la creación del Centre Català de 1885. En ese mismo año publica la Memoria en defensa de los intereses morales y materiales de Cataluña, que es enviado a Alfonso XII. En 1886 publicará Lo catalanisme donde se establecen los acontecimientos históricos catalanes y se asientan las bases del catalanismo posterior.
En el sector conservador y burgués aparecerán las figuras de Joan Mañé i Flaquer, Enric Prat de la Riba, Duran i Ventosa, y Puig i Cadafalch. En este sector surgirán asociaciones como la Lliga de Catalunya de 1887 y la Unió Catalanista de 1891. Esta última redactará las importantísimas Bases de Manresa de 1892.

domingo, 21 de marzo de 2010

El surgimiento de los nacionalismos no españolistas. Contexto histórico

El nacionalismo ha sido tratado de forma exhaustiva pero no en el caso concreto de nuestro país. Iniciamos una serie de artículos que tratarán estas cuestiones en la historia contemporánea de España, ya que su conocimiento es necesario para entender tanto el siglo XX como el XXI. Nos anima, como siempre, un afán pedagógico, en lo que es el marco de un blog donde es necesaria la brevedad pero sin perder el rigor.

La realidad española en el inicio de la Revolución Liberal y, a pesar de un siglo de centralismo borbónico, seguía siendo plural. Algunos territorios, como el País Vasco o Navarra, seguían conservando instituciones propias, mientras que otros mantenían el recuerdo de un pasado histórico propio y contaban con una lengua propia como es el caso catalán. Estas realidades nacionales no desaparecieron con el triunfo del Estado liberal de corte centralista y uniforme.

El Estado liberal se estableció bajo los principios de la centralización, el uniformismo administrativo y la homogeneización de los territorios. Por un lado, dicho Estado fracasó en este empeño porque no desarrolló los instrumentos eficaces para dicha uniformidad como hubiera sido la escuela, por ejemplo. Pero, por otro lado, los aspectos legales de la estructura territorial y central del Estado no permitían la integración de la diversidad. En este sentido, en el último tercio del siglo XIX, con la Restauración se consolida un modelo conservador con Castilla y el catolicismo como ejes vertebradores de España frente a los intentos de establecer un modelo federalista o menos centralista en la época del Sexenio Democrático.

Los nacionalismos no españolistas surgen como reacción a este centralismo y al triunfo de ese modelo pero, además, tenemos que añadir que existe un factor socioeconómico en este contexto. Tanto Cataluña como el País Vasco desarrollan una serie de cambios económicos y sociales profundos que les convierten en territorios con un desarrollo industrial y bancario muy superior al del resto de España, con una burguesía capitalista no rentista muy pujante y una clase intelectual que defenderá la autonomía o la identidad nacionales propias.

El desastre de 1898 provocará, por fin, un lanzamiento de estos nacionalismos.

sábado, 20 de marzo de 2010

Partido Laborista. Quinta y última parte

Después de la severa derrota electoral de 1979 el sector más a la izquierda del Partido se hizo con el poder en el mismo. La figura clave del momento era M. Foot. Se estableció un nuevo programa: salida de la CEE, aumento de las nacionalizaciones y desarme nuclear unilateral. El sector más moderado del Partido se salió del mismo para formar en el año 1981 el Partido Socialdemócrata. Dicha formación no tuvo gran repercusión electoral pero sí generó consecuencias negativas electorales al laborismo durante los años ochenta dado el sistema electoral británico.

Tras la severísima derrotal electoral de 1983 Foot fue sustituido por Neil Kinnock, que dirigió el Partido hasta el año 1992. El Partido giró hacia el centro. Aún así se volvió a perder en 1987 y 1992. Los laboristas emprendieron una reestructuración del partido con un nuevo líder, John Smith, aunque sólo estuvo al frente del mismo dos años. Llegaba la época de Tony Blair, pero eso ya escapa los límites de nuestro acercamiento a la historia del Partido Laborista británico.

viernes, 19 de marzo de 2010

Partido Laborista. Cuarta Parte

Agotado el programa de reformas el Partido Laborista perdió las elecciones de 1951 frente a los conservadores. La dirección del Partido bajo la dirección de Hugh Gaitskell (1955-1963) intentó modificar la cláusula IV de sus Estatutos, referente a las nacionalizalizaciones pero no lo consiguió.

Otra de las grandes épocas del laborismo en el poder fue con la llegada de Harold Wilson en los años sesenta. Llegó al poder en 1964 y emprendió una ambiciosa política de reformas políticas, sociales y educativas. La crisis económica de 1970 volvió a alejar del poder al laborismo pero cuatro años después regresó Wilson, sucedido por Callagham. El gobierno de este último estuvo marcado por la gravísima crisis económica internacional. Callagham optó por cambiar la tradicional política keynesiana del laborismo pero no pudo contener la inflación. Las huelgas de 1978 y 1979, conocida época como la del "descontento", así como el fracaso de los referéndums sobre la autonomía de Escocia y Gales provocó el desaliento en las filas del laborismo. En las elecciones de 1979 fue severamente derrotado por el Partido Conservador con Margaret Thatcher.

jueves, 18 de marzo de 2010

Partido Laborista. Tercera Parte

En las elecciones de 1931 el partido perdió parte de su apoyo electoral. Con la presidencia de Georges Lansbury (1932-1935) la formación dio un giro a la izquierda pero esta defensa de posturas socialistas no impidió que se optara por colaborar con Churchill en un gobierno de coalición a partir de 1940, habida cuenta de la guerra. Es el momento de Attlee como presidente del Partido, uno de los que más tiempo ha ocupado esta responsabilidad, ya que accedió en 1935 y estuvo al frente hasta 1955. Attlee, Bevin y Morrison serán figuras clave en la toma de decisiones en el gobierno en la guerra.
Durante este convulso período el laborismo se estaba configurando como una clara alternativa a los conservadores. En otro artículo de este blog, donde estudiamos la historia del estado del bienestar, aludimos al Informe Beveridge. Este programa será el que adoptará el laborismo para ganar las elecciones inmediatamente después del fin de la guerra para asombro del mundo, ya que Churchill fue derrotado en 1945 de forma contundente. Los británicos comprendieron que Churchill era un hombre excepcional para la época de guerra por su capacidad de liderazgo pero la reconstrucción debían hacerla los laboristas. El nuevo gobierno puso en marcha un programa político muy ambicioso: nacionalizaciones y reformas sociales profundas. La gran aportación laborista a la sociedad británica fue la creación del Sistema Nacional de Salud.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Partido Laborista. Segunda Parte

A pesar del conflicto interno del laborismo a cuenta de la guerra sus expectativas electorales fueron buenas. En las elecciones el año 1918 se obtuvieron sesenta y tres escaños. Es el momento de la decadencia del Partido Liberal, ya que el Partido Laborista se convierte en el principal partido de la oposición. Es el momento de las presidencias de William Adamson, Clynes y, de nuevo, de MacDonald. En el éxito electoral del laborismo en el período de entreguerras estaría la incorporación de la clase obrera al sistema electoral gracias a la Ley de Representación Popular de 1918. También, hay que destacar en este período clave de la historia del laborismo británico por la definición de una clara política a seguir. Aunque dedicaremos un artículo monográfico a su figura, por su importancia, tenemos que citar a Sidney James Webb, ya que, redactó el programa laborista sobre política interior en 1918. Este progama tenía como objetivos el establecimiento de un salario mínimo, el control democrático del sector industrial y la reforma del sistema financiero.
Hacia 1920 el partido contaba ya con unos cuatro millones de militantes, habida cuenta de la afiliación sindical. El gran momento para el Partido llegó en 1924 cuando MacDonald es llamado a formar gobierno. Posteriormente, también sería premier entre 1929 y 1931. Pero estos dos episodios de responsabilidad política de los laboristas fueron complejos por carecer de una mayoría parlamentaria suficiente para llevar a cabo las reformas que deseaban poner en marcha en el Reino Unido. La crisis financiera de 1931 provocó una crisis en la propia formación. MacDonald y otros destacados líderes desafiaron al partido y formaron un gobierno nacional con el respaldo de liberales y conservadores.

martes, 16 de marzo de 2010

Partido Laborista. Primera Parte

El Partido laborista tiene su origen en el Comité de Representación Laborista constituido en el año 1900 en el Memorial Hall de Farringdon Street de Londres. Era una federación de grupos y organizaciones socialistas como el Partido Laborista Independiente, la Sociedad Fabiana y los sindicatos. En sus inicios contó con dos representantes parlamentarios. La situación cambió en el año 1906 cuando, gracias a un pacto electoral con el Partido Liberal, el laborismo obtuvo 30 escaños, pasando a denominarse Partido Laborista. El primer presidente del Partido fue Keir Hardie. Después estuvo al frente del mismo Arthur Henderson (1908-1910) y luego George Barnes hasta 1911.
El año 1910 fue muy importante para el laborismo porque obtuvo el mayor respaldo electoral hasta entonces, ya que obtuvo el 7'5% de los votos. En cambio, en 1914 estalló una crisis en el seno del laborismo porque el partido se escindió en dos a raíz de la postura a tomar en relación con el estallido de la Gran Guerra. MacDonald, el líder desde 1911, presentó su dimisión por su postura contraria a la guerra, frente a otros laboristas destacados, com Henderson, que sí se mostraron favorables a la participación en la guerra. Henderson volvió a presidir la formación entre 1914 y 1917.

lunes, 15 de marzo de 2010

Liga Espartaquista

Los espartaquistas fueron un grupo revolucionario alemán fundado por Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo en 1916 para unir a los socialdemócratas contrarios a la guerra. El nombre fue elegido en homenaje a Espartaco, el esclavo que puso en jaque a los romanos con la revuelta que protagonizó entre el 73 y el 71 a.C.
En 1917 los espartaquistas se afiliaron al Partido Socialista Independiente. En 1919 apoyaron al Partido Comunista. A finales de enero de 1919 los espartaquistas organizaron una insurrección en Berlín, que pretendía culminar la revolución alemana de noviembre de 1918. Pero esta insurrección fue duramente reprmida por los Freikorps. La liga desapareció con la muerte de sus inspiradores.

domingo, 14 de marzo de 2010

Liebknecht

Karl Liebknecht es un personaje clave en la historia de la izquierda. Nació en 1871 en Alemania. Era abogado, y se afilió al SPD en el año 1900. En 1908 fue elegido miembro de la Cámara de Diputados de Prusia, y en 1912 entra en el Parlamento Alemán. Liebknecht, fiel a la Internacional, fue un crítico profundo de la guerra. Desde su escaño se opuso a la petición de créditos para financiar la guerra en la sesión del 4 de diciembre de 1914. Se quedó solo en el seno del grupo socialdemócrata, y en la propia cámara. Fue expulsado del partido, y encarcelado en el año 1916. Estuvo en prisión hasta 1918.

Con Rosa Luxemburgo creó el grupo espartaquista, y el primero de enero 1919, el Partido Comunista. Durante la sublevación espartaquista fue asesinado.

sábado, 13 de marzo de 2010

Rosa Luxemburgo

Rosa Luxemburgo nació en 1870 en la Polonia rusa, pero obtuvo la nacionalidad alemana. En 1898 se afilió al SPD. Desde 1907 a 1914 fue profesora en la escuela del Partido en Berlín. Estaba en contra del revisionismo de Bernstein, y era partidaria de la revolución a través de la huelga general. Pero Rosa Luxemburgo no defendía las ideas de Lenin, ya que siempre abogó por la democracia en el seno del comunismo. Con Liebknecht se opuso a la guerra, y con él creó el grupo o liga de los espartaquistas. Fue asesinada por los freikorps cuando dirigía la insurección en las calles de Berlín.

viernes, 12 de marzo de 2010

El incendio de la Fábrica de los Bonaplata, visto por Pi Arimón

En este artículo se incluye la visión que Andrés Pi Arimón tuvo del incendio de la fábrica de los Bonaplata, que vimos en otro artículo sobre el ludismo en España, y que se recoge en su obra, Barcelona antigua y moderna:
"Una multitud de marineros y gitanos que recorrían tumultosamente la ciudad, armados con fusiles, sables y puñales, con una bandera negra y un tambor batiente, llevando tras de si innumerables agitadores de la población, atacaron de noche la fábrica de Bonaplata; y la incendiario, provocando la execración de los hombres de todos los partidos: este atentado vandálico no fue cometido por los autores de la revolución, sino por un reducido número de hombres rechazados por el pueblo, los cuales eran instigados opr los malvados que, por envidia o por interés particular, miraban con malos ojos, aquel avance de la industria catalana, primer ensayo de las fábricas de vapor."

(El texto aparece en la obra de Jaume Carrera Pujal, Historia política de Cataluña en el siglo XIX, 1957)

jueves, 11 de marzo de 2010

Ludismo en España

En España también se dieron manifestaciones del fenómeno del ludismo. El primer caso registrado se dio en Alcoy en el año 1821. Un grupo de trabajadores quemaron telares y máquinas de hilar. Dos años después, en Camprodón, unos trabajadores inutilizaron máquinas de cardar e hilar. También, están documentados hechos en Segovia, Guadalajara, Sallent, Ávila y Tarrasa.

El ejemplo más famoso ocurrió en 1835 en la fábrica de los Bonaplata, "El Vapor", en Barcelona, aunque las motivaciones de este hecho no están del todo claras, ya que pudo haber provocación y había un conflicto entre los patronos.

En el año 1854 se produjo un boicot por parte de los obreros de las fábricas de hilados al uso de las selfactinas, también en la capital catalana. Se dio entre el 14 y 16 de julio, y tuvo una enorme repercusión.

¿Fue un movimiento irracional contra el progreso tecnológico o una forma de protesta por el desempleo y las malas condiciones laborales? Hay queda el debate.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Represión del ludismo

En el anterior artículo sobre el ludismo ya hablamos algo sobre la represión del mismo, pero parece interesante detenerse más en esta cuestión. La primera medida contra la destrucción de máquinas y fábricas se dio en 1769 con una ley aprobada por el Parlamento inglés. La pena para estos delitos era la pena capital. Los trabajadores no cejaron en elevar a dicho Parlamento la prohibición de que se empleasen máquinas. Al no conseguir eco sus demandas, se reanudaron las destrucciones en los primeros decenios del siglo XIX. Como el movimiento alcanzó una enorme dimensión, el gobierno inglés dio como respuesta el empleo del terror.
En el Parlamento inglés en 1812 se generó un debate sobre la cuestión. Lord Byron pronunció un discurso contra el proyecto de ley, pero de nada sirvió. La ley castigaría con la pena de muerte, como antes, las destrucciones.
En España se dio una Orden el 24 de junio de 1824 en las que se decía que los que realizaran estos actos podían ser procesados y castigados como "tumultuarios".

martes, 9 de marzo de 2010

Ludismo

Por ludismo se entiende la primera etapa del movimiento obrero, dirigido contra la introducción de innovaciones tecnológicas, de máquinas. Se caracteriza por el uso de la violencia. Nace en pleno proceso industrializador, y la protesta se centra en la destrucción de las propiedades de los empresarios, especialmente, de las máquinas y herramientas porque se consideraba que eran las responsables de la pérdida de puestos de trabajo. De ese modo, se pretendía presionar a los patronos para evitar despidos, mejorar las condiciones laborales y buscar aumentos de salario. El gran historiador Eric Hobsbawn ha denominado a esta etapa la de la "negociación colectiva a través del motín".
El ludismo alude, en lo terminológico, al nombre del tejedor Ned Ludd, de existencia insegura que, al parecer, en 1799 destruyó unos telares. Lo que sí es cierto es que surgió un movimiento de tejedores de algodón y de seda en varios condados que, entre 1811 y 1817, se dedicaron a destruir máquinas. Otras revueltas se dirigieron hacia los propios patronos. El gobierno reprimió con dureza estos movimientos, hasta con penas capitales.
El término de ludismo ha terminado por usarse de forma genérica para denominar a cualquier movimiento contrario a la introducción de maquinaria, y, en algunos sectores, ha adquirido un sentido peyorativo al considerar la resistencia de los obreros a las innovaciones tecnológicas.

lunes, 8 de marzo de 2010

Fabianismo

E fabianismo fue un movimiento político y económico inglés , basado en los principios defendidos por la Sociedad Fabiana. Esta sociedad fue fundada en el año 1894, y repudiaba el marxismo y sus principales fundamentos, como la lucha de clases. En contraposición, defendía un socialismo reformista y progresivo. El fabianismo tuvo una influencia muy importante en el Partido Laborista y en la Socialdemocracia continental.
El nombre de Fabiana no es caprichoso. Los fabianos recurrieron al nombre del general romano Quinto Fabio Máximo, famoso por intentar debilitar a Aníbal en las Guerras Púnicas, mediante maniobras de hostigamiento pero evitando la lucha frontal. Así se trató de simbolizar el rechazo al método revolucionario marxista, defendiendo que el sufragio universal llevaría, inevitablemente, a la implantación del socialismo, tras un proceso educativo y legislativo. No cabe duda, a la vista de lo que exponemos, que los fabianos, como decíamos antes, tuvieron una gran influencia en el socialismo democrático europeo.

domingo, 7 de marzo de 2010

El pacifismo socialista a principios del siglo XX. Segunda Parte

Pero la idea de la huelga general revolucionaria rondaba entre los socialistas europeos. El Congreso Extraordinario de Basilea de 1912 es clave, en este sentido. Y lo es porque se convocó para tratar, exclusivamente, la situación internacional y la cuestión de la guerra. No olvidemos que el momento es especialmente delicado, con las guerras balcánicas que podían hacer estallar en cualquier momento un conflicto de mayor envergadura.

Los socialistas quieren demostrar al mundo su unidad y su repulsa a la guerra. Los delegados redactan un manifiesto que recoge las ideas que hemos expuesto en el mensaje anterior del Congreso de Stuttgart. Se hace una advertencia a los gobiernos en el sentido de que no podrían desencadenar una guerra sin peligro para ellos mismos. Hay hasta una manifestación. Este manifiesto, los discursos y la manifestación calan en la opinión pública. Destacará la oratoria de Jaurés, con fondo del Himno a la Paz de Beethoven.

sábado, 6 de marzo de 2010

El pacifismo socialista a principios del siglo XX. Primera Parte

El socialismo europeo tenía muy claro al comenzar el siglo XX que el proletariado debía rechazar la guerra entre las naciones porque el conflicto bélico era ajeno a sus intereses. El ambiente de tensión en el mundo fue creciendo a medida que avanzaban los primeros años del siglo, y eso provocó que la guerra pasase a ser tema prioritario de discusión en los Congresos de la II Internacional. En el celebrado en Stuttgart en el año 1907 se aprobó una resolución en este sentido:

"Las guerras entre estados capitalistas son, en general, las consecuencias de su concurrencia en el mercado mundial (...). Pertenecen, pues, las guerras a la esencia del capitalismo y no cesarán más que por la supresión del sistema capitalista.

Si una guerra amenaza estallar, es un deber de la clase obrera de los países afectados (...) el hacer todos los esfuerzos para impedirla por todos los medios que les parezcan los más apropiados y que varían naturalmente según el estado de la lucha de las clases y la situación política general."

Esta resolución permite comprobar que los socialistas no se quedaban en el análisis teórico del conflicto bélico sino que proponían medidas y propuestas de actuación. La parte más a la izquierda, representada por Lenin y por Rosa Luxemburgo, presentará una enmienda que es aprobada, y que establece la alternativa revolucionaria. La guerra habría que pararla por cualquier medio, y aprovechar el conflicto para agitar al pueblo y precipitar la caída del capitalismo.

En el Congreso de Copenhague del año 1910 se propone la huelga general obrera en caso de estallido de la guerra. Esta huelga debía ser determinante en los sectores industriales vinculados con el esfuerzo bélico. No se terminó de aprobar.

viernes, 5 de marzo de 2010

Consideraciones teóricas sobre el pacifismo

Por pacifismo se entiende un conjunto de ideas, opiniones y prácticas que defienden la paz entre los pueblos. Se pretende la reconciliación internacional empleando los mecanismos diplomáticos y de cooperación. El movimiento pacifista rechaza el empleo de la violencia para solucionar los conflictos.
El pacifismo tiene dos vertientes: una más general o colectiva que tiene que ver con lo que hemos expresado, es decir, con el intento de que la guerra y la violencia desaparezcan de las relaciones internacionales, y otra más íntima. Esta postura tiene que ver con las actitudes personales o individuales frente al Estado y se relaciona con la objeción de conciencia al servicio militar.
No hay una ideología o teoría pacifista estructurada como tales. Hay una orientación o tendencia religiosa, como la defendida por Ghandi. Otra tendencia se relaciona con el utilitarismo vinculado al pacifismo socialista y al anarquista. Esta tendencia última considera que la violencia termina por producir a la larga efectos negativos que no se habían previsto al principio.

jueves, 4 de marzo de 2010

Jacobinismo

En este blog tenemos un apartado dedicado al estudio de las ideologías e ideas políticas de la época contemporánea. En esta ocasión nos acercamos al jacobinismo.
Se trata de una concepción política que hoy es empleada con sentido peyorativo para designar a quienes defienden de forma intransigente las virtudes del centralismo en el Estado, y una especie de misión ética en favor de la democracia radical. Pero conviene que estudiemos qué fue en origen el jacobinismo.
El jacobinismo se denomina de esa manera por las Societés des Amis de la Constitution que se reunían en un convento de frailes jacobinos. Los jacobinos estaban muy bien organizados. Defendían medidas contundentes para salvar a la patria del peligro no tanto de los enemigos del exterior, sino de la corrupción política y de la falta efectiva de igualdad en el seno de la ciudadanía.
Los jacobinos defendían la división de poderes, la república indivisible autoritaria, el sufragio universal, el ejército popular y un sistema fiscal progresivo.
Los jacobinos sustituyeron en el poder a los girondinos, más conservadores y vinculados al poder regional frente al parisino más vinculado a los primeros. Su breve experiencia en el gobierno estuvo marcada por el terror.
Los más destacados jacobinos fueron Robespierre, Marat, Desmoulins y Pétion.
El golpe de estado de Termidor les alejó del poder. Después de la caída de Robespierre el club de los jacobinos fue disuelto el 11 de noviembre de 1794.

miércoles, 3 de marzo de 2010

El Cartismo

En la década de los años treinta del siglo XIX los líderes del movimiento obrero británico consideraron que eran insuficientes la lucha por mejoras laborales, y que eran necesarias reformas políticas. En 1831, durante la campaña para reformar la ley electoral, Lovett reclamó el sufragio universal. Esta pretensión se basaba en que si los obreros producían la riqueza del país tenían derecho a participar en la vida política.
En mayo de 1838 un grupo redacta un documento que ha pasado a la Historia. Se trata de la "Carta del pueblo". En dicho texto se reclama el sufragio universal, la supresión del certificado de propiedad para ser miembro del Parlamento, es decir, para ser elegido, la inmunidad parlamentaria, y que las circunscripciones electorales fueran iguales, ya que se primaban las rurales frente a las urbanas, que tenían más población. El movimiento cartista está considerando que sin reformas políticas no se producirán los cambios sociales.
El movimiento cartista no era homogéneo. Hay una tendencia más moderada, la que defendían Lovett y Richard Owen. Sus pretensiones eran más económicas; defienden la organización de cooperativas de producción y la supresión de los intermediarios. Otra tendencia, la defendida por O'Brien o por O'Connor se inclinaba más por la lucha política, por los mítines y por la huelga. Los primeros buscan más el entendimiento con las clases medias, frente a los segundos.
En 1839 se celebra en Londres el primer Congreso Cartista, y vencen las posturas más radicales: huelga general, protestas y presiones para conseguir los fines del movimiento. El gobierno británico reacciona ante el miedo a una huelga general, y decide emplear el ejército, además de detener a los líderes y permitir la formación de unidades cívicas armadas. Esta situación provoca una grave tensión entre las dos tendencias del movimiento cartista.
En 1842 hay nuevos intentos de presión pero terminan en fracaso, también.
La conclusión que se sacó de todos estos acontecimientos era que la clase obrera aislada no podía conseguir las reformas políticas necesarias para democratizar el sistema inglés. Se tenderá a buscar la alianza con algunos sectores de las clases medias. Pero, no cabe duda, que el cartismo, a pesar de su fracaso, permite comprobar que es el primer ensayo de organización política obrera. Pero, además, sus reivindicaciones, con el tiempo, triunfaron.

martes, 2 de marzo de 2010

Lo radicales en la Inglaterra del XVIII: Thomas Spence

Una de las corrientes en favor de los obreros en la Inglaterra de la Revolución Industrial es la de los radicales. En la década de los años setenta del siglo XVIII surge en el seno de las clases populares londinenses y en distintas ciudades industriales y con apoyo de intelectuales, una corriente que piden reformas políticas, especialmente el derecho al sufragio universal. Como se comprueba este movimiento es previo en medio siglo al del cartismo e influyó en el mismo.

Entre los intelectuales radicales destacará, sin lugar a dudas, Thomas Spencer. Algunos le consideran un socialista utópico. Era maestro de escuela y preceptor. En el año 1775 presentó un texto muy polémico en la Sociedad Filosófica de Newcastle, con el título, Los verdaderos derechos del hombre, que le valió la expulsión de dicha institución. Además, escribió, El sol meridiano de la libertad, del año 1801, y Restauración de la sociedad en un estado natural, del mismo año. Spencer vendía estos textos en las calles, y los exponía en cuadros y carteles para el pueblo. Este tipo de actividad en las calles era muy propia de los radicales del momento.

Spencer defendía la destrucción de toda autoridad personal y hereditaria, y la propiedad privada de la tierra que era inherente a dicha autoridad. Pretendía una reforma agraria radical, colectivizando la tierra, puesta en manos de los municipios. Estos municipios deberían arrendar la tierra a los campesinos. Parte de la renta que se sacaría debería ser redistribuida entre todos.

Dicho autor fue un claro defensor de la igualdad entre hombres y mujeres. El sufragio debería ser, claramente, universal, y no debería existir la concepción de ilegitimidad para los niños nacidos fuera del matrimonio.

lunes, 1 de marzo de 2010

El Partido Radical Socialista

El Partido Radical Socialista fundado por Marcelino Domingo, y con figuras tan señeras como Clara Campoamor o Victoria Kent, es otra formación sumamente interesante en el mundo del centro izquierda de la República, de hombres y mujeres progresistas pero no revolucionarios, amantes de la legalidad, y que querían una España que avanzara y resolviera sus conflictos desde una persepctiva moderna pero sin violencias. El principal problema de este partido es su crecimiento meteórico, como de aluvión, con un programa no claramente definido, lo que provocarían no pocas escisiones.
El caso de Diego Martínez Barrios es distinto. Mientras Domingo militó con Lerroux como independiente y luego rompió con el muy pronto, Barrios sí perteneció al partido y fue ministro con su jefe en el Bienio en que gobernó el centro-derecha. Pero terminó rompiendo con Lerroux y fundó Unión Republicana en 1935, que terminaría por integrarse en el Frente Popular. Fue presidente de la República en el exilio