"El Estado español no es un Estado liberal, y no es un Estado liberal porque no deja en libertad a los poderosos para explotar a los débiles"
(En un discurso de Franco a una representación de labradores en el año 1946)
Es interesante la percepción que del liberalismo tenía Franco y que es sintomática de su forma de pensar. Partiendo de una concepción, aparentemente, muy progresista, como es una crítica al liberalismo económico como una forma de explotación del débil, defiende su concepción del Estado como aquel donde no se da la explotación del trabajador, como si lo que se hubiera construido fuera un Estado en beneficio de los pobres, labradores u obreros (productores, en la terminología franquista). En estas ideas hay una evidente contribución ideológica fascista al pretender presentar al Estado como el garante del fin de la lucha de clases, de los conflictos laborales y de implantación de la paz social a través del sindicalismo vertical.
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