En la guerra civil se destacó para evitar víctimas en ambos lados. Gracias a su labor se salvó de ser asesinado el cura párroco del barrio de San José de Linares, Rafael Álvarez Lara, y que luego llegaría a obispo de Guadiz y de Palma de Mallorca. También, se puede destacar su labor para evitar que se destruyeran las imágenes religiosas de dicha iglesia.
Laloma terminó por incorporarse al frente en la denominda "La quinta del saco". Al llegar a Martos, los mandos se pasaron de bando. Los medios intermedios fueron arrestados, aunque luego fueron liberados por los funcionarios de la cárcel local. Nuestro protagonista regresó a pie a Linares para esconderse en su domicilio. Por un culpa de un chivatazo fue detenido. En 1939 fue llevado al cementerio y fusilado. Allí hay una placa de mármol que le recuerda, junto con otros cincuenta y seis nombres y apellidos de víctimas de la represión.
Ver:
http://www.ideal.es/jaen/20090718/linares/mauricio-mataron-hace-setenta
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