miércoles, 11 de agosto de 2010

José María Pemán y el carácter de la depuración de los maestros

La depuración de los maestros y maestras por parte del franquismo no comenzó al terminar la contienda, sino que ya desde 1936 se puso en marcha en los territorios donde habían triunfado los rebeldes o que se iban conquistando. El inicio del proceso se da con un Decreto de 8 de noviembre de 1936. En dicha disposición se aludía a que el magisterio había estado domindo durante décadas por ideologías e instituciones disolventes en contra del "genio y la tradición nacional", por lo que se hacía preciso llevar una profunda revisión de todo el personal dedicado a la instrucción pública, extirpando las falsas doctrinas y de raíz.

Pues bien, en este artículo nos vamos a centrar en la circular de José María Pemán, a la sazón presidente de la Comisión de Cultura y Enseñanza, escrita el 7 de diciembre de 1936, y enviada a los vocales de las Comisiones Depuradoras de Instrucción Pública. Por ella podremos conocer el carácter de la depuración:

"El carácter de la depuración que hoy se persigue no es sólo punitivo, sino también preventivo. Es preciso garantizar a los españoles, que con las armas en la mano y sin regateo de sacrificio y sangre salvan la causa de la civilización, que no se volverá a tolerar, ni menos a proteger y subvencionar a los envenenadores del alma popular, primeros y mayores responsables de todos los crímenes y destrucciones que sobrecogen al mundo y que han sembrado de duelo la mayoría de los hogares de España (...). Si todos cuantos forman parte de la Comisiones depuradoras se compenetran de esta manera de pensar y la transmiten en patriótico contagio a aquellos que han de coadyuvar a su labor en sus informes, es cosa segurísima que antes de mucho, en esta España que hoy contemplamos destruida, empobrecida y enlutada, una vez restaurado su genio y tradición nacional, veremos amanecer en alborada jubilosa, un nuevo siglo de oro para la gloria de la Cristiandad, de la civilización y de España".

Así pues, se aseguraba a los verdaderos patriotas, es decir, a los que luchaban por la causa de la civilización, la Cristiandad y España, que no se iba a tolerar, que hubiera personas que envenenaran al pueblo. Los maestros a depurar serían, nada más y nada menos, que los responsables de los crímenes del mundo y de los específicos españoles. Si esta idea penetraba en todos los depuradores la verdadera España, la del "genio y tradición nacional" resurgiría.

(La circular es citada en el artículo del catedrático de Historia de la Universitat de Girona, Salomó Marquès, "La criba de los maestros. Depuración", en La Aventura de la Historia, número 68, pág. 39, aunque los comentarios a la misma son responsabiliad del autor del blog.)

2 comentarios:

  1. Sin ánimos de ofender me gustaría decirle que su comentario sobre la depuración de los maestros puede ser mejorable , sinceramente lo encuentro muy pobre poco constructivo , mala información... usted debería editarlo. Atentamente una alumna de Historia de España.

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  2. La cuestión es que la depuración en sí no es nada constructiva. Si no le ha gustado el breve comentario, lo lamento, y le animo a que nos haga uno más "constructivo". El blog está abierto y a su disposición.

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