viernes, 13 de enero de 2012

Tirano

En esta época de debates sobre conceptos en política e historia contemporánea española, de dictadores que son o no son, también ha aparecido el término de tirano. Pero, ¿qué es y qué ha sido en la historia un tirano?


En la época arcaica griega el tyrannos designaba ocasionalmente al basileus o rey, pero generalmente, aludía al hombre que, sin ser el heredero legítimo, se apoderaba del poder de una ciudad y lo ejercía de forma personal y sin contar con las instituciones legales. En principio, no tenía connotaciones negativas el término, como las tuvo, posteriormente. Tenemos que tener en cuenta el contexto histórico en el que aparecieron. La tiranía se extendió como fórmula política entre los siglos VII y VI a. C. en relación con el deseo de cambio de los campesinos afectados por la crisis agraria, y de todos los que no pertenecían a la aristocracia. El tirano encarnó la figura del hombre que abolía el régimen aristocrático. Una vez obtenido el poder, muchos aristócratas sufrieron prisión, exilio y confiscaciones, emprendiendo algunas reformas. Entre los tiranos destacó, sin lugar a dudas, Pisístrato, que se empleó en la mejora de los campesinos atenienses. La figura del tirano fue muy poco común en las épocas clásica y helenística. Precisamente, en estas épocas cambió el concepto, ya que Platón y otros filósofos cargaron esta figura con tintes negativos. Los tiranos serían déspotas crueles que envilecían y degradaban las polis y sus instituciones. Para Platón era el más vil de los seres humanos.


Esta apreciación pasó a la cultura occidental con éxito. En el Renacimiento se desarrolló la teoría del tiranicidio, concebido como la muerte del tirano en defensa de la legitimidad política. Aquel monarca que hubiera violado las leyes divinas y el pacto implícito con sus súbditos, dentro de la teoría del contractualismo del poder, se convertía en un tirano y era lícito terminar con él. El tiranicidio había nacido ya en el siglo XII de la mano del filósofo John de Salisbury, pero será el jesuita español Juan de Mariana quien, en 1599, dejaría la fórmula más acabada de la teoría. Mariana desarrolló la teoría elaborada por los monarcómacos, que sostenían la legitimidad del derecho a la resistencia frente al tirano, como también defendieron, de forma paralela, los hugonotes franceses. La obra de Mariana que alude a esta teoría es De rege et regis institutione (Toledo, 1599). Algunos contemporáneos acusaron a Mariana y a su obra de ser uno de los instigadores morales del asesinato de Enrique IV en Francia.


Como decíamos, anteriormente, el concepto de tirano ha pasado a la política con un perfil notoriamente negativo. El Diccionario de la Real Academia Española nos dice que el tirano es un adjetivo que se aplica a quien obtiene contra derecho el gobierno de un Estado, y principalmente al que lo rige sin justicia y a medida de su voluntad. También se aplica a quien abusa de su poder, superioridad o fuerza en cualquier concepto o materia, y también simplemente del que impone ese poder y superioridad en grado extraordinario. No cabe duda que si aplicamos esta definición nos saldrían algunos tiranos en la historia contemporánea mundial y española. Que cada uno elija sus tiranos.

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