sábado, 7 de julio de 2012

La unificación italiana


La situación de Italia


Después del Congreso de Viena Italia era realmente, una “expresión geográfica” dividida en multitud de estados:

a)Norte: Reino del Piamonte-Cerdeña (Casa de Saboya) y los dominios austriacos de la Lombardía (Milán) y Véneto (Venecia).

b)Centro: pequeños estados controlados por los austriacos –Parma, Módena, Toscana-, y los Estados Pontificios bajo la soberanía del Papa de Roma.

c)Sur: Reino de Nápoles o de las Dos Sicilias (Casa de Borbón).


La vía revolucionaria (1815-1849)

Tras la dominación napoleónica y la reorganización del mapa italiano como resultado de las resoluciones del Congreso de Viena surgió en algunos sectores intelectuales y políticos italianos el deseo de crear un estado único. Es el momento en el que surge el Risorgimento, un movimiento intelectual que sueña con la unidad de Italia, con ambiciones económicas, lideradas por los comerciantes e industriales piamonteses que desean un mercado mayor y único, y unos proyectos políticos diversos, ya que para algunos la unidad debía realizarse bajo la autoridad del Papa (Gioberti), otros bajo el rey del Piamonte (Cavour) y, finalmente, otros defenderían la república (Mazzini).

Las revoluciones de 1820, 1830 y 1848 fueron ensayos para poner en marcha la unidad pero fracasaron. En el 48 comenzó a calar en algunos sectores populares la idea nacionalista al enfrentarse al Imperio austriaco, enemigo común de liberales y nacionalistas. El doble fracaso del movimiento liberal y nacionalista en el norte por la intervención austriaca contra los levantamientos milanés y veneciano con el apoyo del Piamonte, y en el centro con la intervención francesa contra la república romana, obligó a replantearse la estrategia a seguir.


La vía de la guerra (1849-1870)

En este período clave para la unificación italiana destacará la figura de Camilo Benso , conde de Cavour, liberal moderado al frente del gobierno del Piamonte, que convierte a este estado en un régimen político liberal y al rey Víctor Manuel II en el candidato para liderar la lucha contra los austriacos. Cavour desarrolla una intensa actividad diplomática y consigue atraer a Napoleón III para que apoye su proyecto a cambio de recibir Saboya y Niza. El Piamonte y Francia entrarán en guerra contra el Imperio austríaco en 1859 y le arrebatan Lombardía (Milán), pero Napoleón decide retirarse y fuerza un pacto con Austria. Posteriormente, el Piamonte consigue hacerse con los estados de Parma, Módena y Toscana.

Mientras tanto, en el sur se están produciendo una serie de acontecimientos muy importantes. Garibaldi, un guerrillero republicano, héroe del 48, con un ejército de voluntarios, los “camisas rojas”, desembarca en Sicilia y Nápoles y derrota a los Borbones, con el apoyo de los campesinos sublevados. Garibaldi tenía un proyecto de unidad muy distinto al defendido desde el Piamonte. Defendía una república con alto contenido social pero, al final, cedió ante Víctor Manuel y Cavour, porque primó más en su ánimo el deseo de unidad. Así pues, cedió el poder al rey del Piamonte.

El nuevo reino situó su capital en Florencia y aprovechó otros conflictos internacionales para completar la unificación. En 1866, valiéndose de la derrota de Austria frente a Prusia ocupó Venecia; y en 1870, con la derrota de Francia frente a Prusia, ocupó Roma, donde se instaló definitivamente la capital de Italia.


El nuevo estado: los problemas

El nuevo estado italiano adoptó el sistema político liberal piamontés, una monarquía constitucional. Además, se unificó la administración. El sistema electoral era censitario y muy restringido hasta 1913. Los sucesivos gobiernos, generalmente, en una posición de centro liberal, se emplearon en políticas centralizadoras y de creación de una unidad real sobre la diversidad que suponía la larga historia dividida de los italianos.

Los principales problemas del nuevo estado y que se mantuvieron hasta la Primera Guerra Mundial fueron los siguientes:

a)La integración del sur atrasado. Frente a un norte desarrollado y que había tenido su propia revolución industrial, el sur italiano era agrícola y estaba muy atrasado y no se industrializó. En su seno nacieron sociedades secretas delictivas como la Camorra napolitana y la Mafia siciliana.

b)La integración de los católicos en el nuevo estado. Fue un problema importante porque el Papa no reconoció el estado italiano y se consideró un prisionero en Roma, una vez que los Estados Pontificios habían desaparecido.

c)El desarrollo de una política imperialista en África y que fracasó. Italia intentó incorporarse a la carrera colonial occidental pero sufrió serios reveses en Abisinia (Etiopía).

d)Las reivindicaciones territoriales insatisfechas en Europa. Italia reclamaba el Tirol meridional y Trieste, en manos austriacas, al considerar que eran territorios de habla italiana. Son los conocidos como territorios “irredentos” o no rescatados del poder extranjero.

e)El desarrollo de un potente movimiento obrero en dos grandes sectores: el anarquismo y el socialismo revolucionario, y que tenían en común su negativa a colaborar con las instituciones.

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