Estat Català será el partido político nacionalista catalán fundado en el CADCI por Francesc Macià el 18 de julio de 1922. Tenía su origen en la Federació Democràtica Nacionalista que el propio Macià había impulsado unos años antes. El objetivo principal de la nueva formación sería la proclamación de la República Catalana. Su órgano de expresión sería “Estat Català”, donde Macià, Domènech Soler, Lluís Marsans, Daniel Cardona, Manuel Pagès y otros comenzaron a divulgar las ideas independentistas republicanas. Macià estaba convencido de la necesidad de colaborar con otras fuerzas políticas republicanas, por lo que intenta la fusión con el Partit Republicà Català en febrero de 1923 pero los miembros más radicales de Estat lo impiden porque consideraban “españolistas” a Marcelino Domingo y a Lluís Companys, los principales dirigentes del Partit Republicà.
Con la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera, Macià tiene que exiliarse y se dedica a impulsar la solidaridad internacional con la causa republicana. Estat se integra en el Comitè Revolucionari de París en 1925. Al poco tiempo, Macià y su secretario, Carner i Ribalta, marchan a Moscú (otoño de 1925) para exponer a los miembros del Komintern y a Zinoviev los detalles de la insurrección que llevaría la revolución a Cataluña y a España. El fracaso del Comitè y de las gestiones en la URSS determinarán que Estat se embarque en la invasión fallida de Prats de Mollò en noviembre de 1926. Macià decide proseguir su periplo divulgador del catalanismo por el mundo. Con Ventura i Gassol participan en una asamblea separatista en La Habana en octubre de 1928 y en la fundación del Partit Separatista Revolucionari de Catalunya.
En la época de la Dictadura el Estat se desarrollará con una filosofía política más flexible, que facilitará los contactos con los republicanos y anarcosindicalistas. Es un momento en el que Estat Català asimile ideas socialistas provenientes de la USC, como otras relacionadas con la propaganda por el hecho de signo anarquista. En este sentido, el grupo disidente “Bandera Negra” organizará el complot del Garraf en junio de 1925. Es un momento en el que lo que prima es la destrucción de la Monarquía española, lo que explica estas relaciones y asimilaciones de forma momentánea, a pesar de ser, realmente, muy distintas entre sí y contradictorias. Se pretende la revolución, de signo separatista, contra el estado central y que terminaría por estallar en la propia España. Como consecuencia de este evidente posibilismo, Jaume Aiguader participará en la firma del Pacto de San Sebastián en agosto de 1930.
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