Una de las reivindicaciones constantes de las revueltas populares de la segunda mitad del siglo XIX fue, además de la abolición de los consumos, o impuestos que gravaban los productos básicos, el de las quintas. Se trataba del sistema de reclutamiento que establecía que uno de cada cinco jóvenes en edad militar era llamado a filas. Pero el llamado a filas se podía librar a cambio de un pago en metálico al Estado o redención, o ser sustituido por otro, al que se le pagaba por ello. Las clases alta y media conseguían, de ese modo, librar a sus hijos del largo servicio militar. El resto de la población veía como los jóvenes tenían que abandonar sus familias y trabajo para hacer el servicio, o se entrampaban de por vida para poder pagar la redención.
A propósito, incluimos un texto crítico sobre este sistema:
"Nada le importa al potentado destinar la cantidad que malgasta en un día, en una semana o en un mes para librar a su hijo del servicio, mientras que el pobre debe pasar un considerable número de años, los mejores de su juventud en el ejército, olvidando su oficio, perdiendo la afición al trabajo y contrayendo hábitos que con dificultad deja durante su vida (...)."
"Las quintas", Boletín republicano, (1869).
Este texto ha sido consultado en el libro de Historia.Crisol de 2º Bachillerato de Vicens Vives, ya citado en muchas ocasiones.
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