Con este nombre ha pasado a la historia la serie de acontecimientos que se produjeron en Cataluña y, especialmente, en Barcelona, en la semana final del mes de julio de 1909. El origen más inmediato estaría en la reacción popular ante el nuevo envío de tropas a Marruecos. El año 1908 fue muy difícil, ya que se recrudeció el problema en Marruecos. Ante el nuevo envío de tropas los socialistas y los anarquistas iniciaron una campaña de denuncia de que eran los pobres los que iban a la guerra, los que defendían los intereses económicos de las empresas que habían adquirido participaciones en las minas del Rif. Recordemos que en aquella época existía la redención del servicio militar por dinero, y que los socialistas habían comenzado criticar con dureza. Pero, además, ahora se unía el peligro real de que se produjeran nuevas catástrofes militares con un elevado precio en vidas humanas. El desastre del Barranco del Lobo estaba muy presente en la opinión pública española.
En el Congreso de Tarrasa, celebrado entre el 18 y el 20 de julio, se decide convocar la huelga general. Se propone, unos días después, la creación de un Congreso Nacional de Sociedades Obreras que acordaría la huelga en toda España. El comité madrileño fijó la fecha para el día 2 de agosto. En Cataluña el comité estaba integrado por anarquistas, socialistas y por Solidaridad Obrera, y decretan la huelga para el 26 de julio. La huelga comenzó y se fue extendiendo por las principales ciudades catalanas, especialmente, en torno a la capital.
La huelga convocada era pacífica pero aunque el gobernador civil Ossorio y Gallardo era partidario de la prudencia, se decretó el estado de guerra y se sacó el ejército a la calle, medida que encendió la mecha de la violencia: barricadas, incendios de iglesias y conventos, asaltos a armerías, y poco a poco, dicha violencia se extendió a otros lugares. El ejército se empleó a fondo y llegó a usar la artillería, y en los primeros días de agosto se dominó la insurrección. Aunque en otros lugares de España hubo intentos de protesta no se pueden comparar a lo acontecido en Barcelona.
Maura realizó una intensa represión, con muchos encarcelamientos y cinco penas de muerte, entre ellas la de Ferrer i Guardia, y que provocó una intensa campaña internacional contra su pena. La Semana Trágica hizo caer, en el otoño al gobierno Maura.
La Semana Trágica es un acontecimiento que tiene varias lecturas:
1. La reacción obrera ante la guerra, y la injusticia del sistema de reclutamiento y del servicio militar.
2. El estallido de un intenso anticlericalismo.
3. El desbordamiento del movimiento por parte de las masas obreras frente a la organización de la huelga.
4. La mala gestión de la crisis con decisiones imprudentes como la de sacar al ejército a la calle, frente a posturas como las de gobernador civil, mucho más prudente.
5. La brutal represión, y la incapacidad del sistema de la Restauración por solucionar los problemas obreros.
6. El intenso peso de la guerra de Marruecos en la crisis de la Restauración.
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