El Lusitania fue un transatlántico británico que el 7 de mayo de 1915
fue torpedeado, sin previo aviso, por un submarino alemán frente a la
costa de Irlanda. Este hecho provocó la muerte de 1.198 personas. Entre
los fallecidos había ciento veinticinco norteamericanos, provocando una
oleada de indignación en la opinión pública de los Estados Unidos. Este
hecho ayudó a cambiar el clima de neutralidad que imperaba en el país.
Esta neutralidad había sido defendida por el presidente W. Wilson.
El presidente protestó por el incidente pero los alemanes se negaron a
aceptar ninguna responsabilidad. Berlín pretextaba que el barco
transportaba materiales. No se llegó a ningún acuerdo sobre las
compensaciones, pero bien es cierto que la contundencia del gobierno
norteamericano provocó que Alemania abandonara la guerra submarina.
Estados Unidos advirtió que otro incidente provocaría la entrada
inmediata en la guerra.
Dos años después, se reanudó la guerra submarina por parte de
Alemania para intentar provocar problemas económicos y de abastecimiento
de alimentos a los británicos. Se tuvo presente el incidente del
Lusitania pero se pensó que el éxito de los submarinos provocaría la
rendición de Londres antes de la posible entrada de los Estados Unidos
en la contienda. Evidentemente, el cálculo fue fallido.
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