Cástor González Álvarez salió del campo de concentración de San Marcos en 1941 con un documento excepcional cuyo fin era adoctrinar a los presos: «Para ti, Prisionero de San Marcos, para este recuerdo de la Entronización del Sagrado Corazón de Jesús en el Campo... ¿Estuviste con los rojos? Aprovecha el tiempo que estés aquí concentrado para recibir oreos de Religión y oreos de Patria...».
Dice del campo que «no sólo es un redil más o menos cómodo (...) Aspiramos que unos salgais espiritual y patrióticamente cambiados». Tras recordar que fue hospital de peregrinos apunta: «San Marcos hoy os recibe a los que escapasteis de la zona Roja para venir peregrinando a la España Nacional y quedaros definitivamente en ella». Instruye sobre el matrimonio y el divorcio y sentencia: «Entre los ricos y los pobres se levanta la Cruz como un signo de paz».
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