Esta es la trilogía del régimen de Vichy en Francia. El régimen que presidía Petain era autoritario, de obediencia y con algunos preceptos tomados del pensamiento de Charles Maurras. Se gobernaba por decreto. Las primeras medidas se dirigían contra la libertad política, ya que se prohibieron los partidos políticos y los sindicatos; también se impuso la censura y se dejó en suspenso el poder legislativo del Parlamento. Este poder sólo podría ser convocado por el jefe del Estado. Petain pretendía que Francia, la Francia que gobernaba expiase los "pecados" de la Tercera República. La nueva Francia se organizaría en torno a la Legión Francesa de Combatientes, compuesta por veteranos de guerra, y Los Talleres de la Juventud, movimiento juvenil.
El sistema debía basarse en la familia tradicional, donde el padre era como el jefe del Estado, es decir, la máxima autoridad. De este modo se lograría recuperar el supuesto verdadero espíritu francés. La familia era el pilar, por lo que, estaba prohibido el aborto o cualquier otra manifestación sexual al margen del matrimonio, especialmente, la homosexualidad.
El trabajo era el segundo pilar del régimen. Se pretendía la paz social a través del establecimiento de un sistema corporativo superador del conflicto laboral. Se establece una Carta del Trabajo donde se establecía la colaboración de patronos y trabajadores pero, como en todos los demás experimentos corporativos, siempre eran los primeros los más favorecidos.
La patria era fundamental, pero una patria bien distinta de la que se habría establecido en la larga historia revolucionaria francesa. Frente a la "Libertad, Igualdad y Fraternidad" que informa a la República, estaba el lema de "Trabajo, familia y patria". Frente a las libertades y derechos, a la división de poderes, al contrapeso de unos y otros, y a la pluralidad política, se define el poder del jefe del Estado, encarnación de los valores eternos de Francia y objeto de creciente culto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario