El Estado del Bienestar supone la principal reforma del Estado Liberal clásico y que pretende superar la crisis de legitimidad que comenzó a sufrir pero sin abadonar la estructura jurídica y política del mismo. El estado liberal clásico se sustentaba en el reconocimiento de derechos individuales y el establecimiento de sus garantías. Pues bien, el estado del bienestar ahondaría en el reconocimiento de derechos pero de tipo colectivo, y garantizarlos a través de servicios y medios sociales. Su origen está en el siglo XIX, y en algunas de las Constituciones de principios del siglo XX, pero no va a ser hasta después de la II Guerra Mundial cuando encuentre las circunstancias históricas adecuadas para su establecimiento. La reconstrucción de Europa se plantea bajo la idea de la seguridad social para los ciudadanos para evitar los errores de la última postguerra.
El estado del bienestar supone un cierto reajuste del sistema capitalista y del estado liberal. Se abandona la idea de un estado mínimo no intervencionista y se acepta un cierto dirigismo o intervención en la vida económica para solucionar las disfunciones del mercado, y aminorar las desigualdades sociales.
El estado del bienestar tiene en el famoso "Informe Beveridge" que puso en marcha el sistema en el Reino Unido, uno de sus documentos básicos. En dicho informe se defiende la idea de la responsabilidad del gobierno a la hora de proporcionar a la población una sanidad gratuita, pensiones universales y acceso a la vivienda.
La cobertura de estos servicios iba acompañada de la estrategia del pleno empleo según las directrices keynesianas de inversión pública.
Todo este modelo generó un crecimiento económico sin par y una gran estabilidad social en Europa hasta la crisis de los años setenta.
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