Se trata de la creencia en la autoridad final del Papa, por encima de la lealtad al Estado. Fue una cuestión de fuerte debate en el siglo XIX, especialmente, en Alemania, como hemos visto, y también en Francia. Esta idea se fomentó con un decreto del año 1870 del Papa Pío IX. El Vaticano perseguía con esta idea liberar al Papado de la dependencia de los poderes civiles y dar más libertad de acción a la Iglesia, especialmente, cuando los Papas se consideraban prisioneros en Roma, ya que la recién creada Italia les había despojado de los Estados Pontificios, y aquellos no reconocieron al nuevo Estado hasta 1929. Además, el Papado había vivido un intenso siglo XIX con presiones de Napoleón en su momento, y en medio y participando en las luchas y conflictos del proceso de unificación italiana.
El término procede de: ultra o más allá y mons, montaña. Alude a que el Papado está más allá de las montañas, en relación con el resto de Europa, con Alemania y Francia.
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