jueves, 9 de septiembre de 2010

La creación de las democracias populares en Europa del Este. Cuarta Parte

La situación en la que había quedado la Unión Soviética después de la guerra no permitió que pudiera ofrecer mucha ayuda a los países de Europa del Este. Así pues, estados como el polaco y el checoslovaco pretendieron ser admitidos dentro del Plan Marshall, pero la URSS no estaba dispuesta aceptarlo. Moscú ejerció su poder y no pudieron acogerse a la ayuda norteamericana.

La URSS se dedicará a ejercer una política económica de verdadero expolio en toda la zona, como apuntábamos en el artículo previo, estableciendo monopolios de importación de productos que necesitaba. Esta política afectó de forma muy grave sobre las economías de todos los países. Aún así, la industrialización de zonas anteriormente solamente dedicadas a la agricultura se desarrolla con cierta rapidez.

Las nuevas democracias populares serían, en teoría, países soberanos independientes del concierto internacional, aunque, en la práctica, muy mediatizados por las decisiones de Moscú. Stalin dispuso de una amplísima libertad de acción sobre toda esta inmensa zona de control en Europa. Occidente cederá dentro de la lógica de la guerra fría y del status quo de los bloques.

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Estos cuatro capítulos sobre las democracias populares se han redactado a partir de la lectura del artículo de José María Solé Mariño, "Europa, 1945-48: las ilusiones perdidas", en el número 20 de la colección: "Siglo XX: Historia Universal: Franco acorralado. La reconstrucción de Europa", de Historia 16.

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