Solamente una minoría, una élite puede gobernar según las ideas fascistas, porque se parte del postulado de la desigualdad de los hombres, frente al postulado del liberalismo y de la democracia que establece la igualdad. Así pues, se rechaza de plano el concepto de democracia, ya que ésta reconoce los mismos derechos a todos los ciudadanos. Las elecciones son consideradas por Mussolini una "falacia democrática". El número no puede gobernar un estado.
La desigualdad de los seres humanos no sólo tiene consecuencias en el gobierno de los estados, sino que presenta otras dimensiones que debemos estudiar. En primer lugar se desvaloriza a la mujer. Las mujeres tienen misiones en la vida pero nunca las relacionadas o vinculadas con la política o el ejercicio profesional fuera del ámbito doméstico. Los nazis establecieron el modelo de las denominadas tres K: Kinder, Küche, Kirche, es decir, niños, cocina, iglesia. Las mujeres deben estar subordinadas al hombre, al marido. Estas ideas fueron las que informaron en España el espíritu de la Sección Femenina.
Otra de las consecuencias de la idea de desigualdad tienen que ver con el triunfo del racismo. Habrá pueblos superiores, como el italiano según Mussolini, o los arios frente a judíos, gitanos, eslavos, etc. De sobra son conocidas las dramáticas consecuencias de esta defensa de la superioridad de unos pueblos sobre otros.
En resumen, podemos recoger la siguiente frase de Ebenstein:
"En el código fascista, los hombres son superiores a las mujeres, los soldados a los civiles, los miembros del partido a los que no lo son, la propia nación a las demás, los fuertes a los débiles, y los vencedores en la guerra a los vencidos"
No hay comentarios:
Publicar un comentario