Victoria Kent nació en Málaga en 1898 donde vivió hasta 1917 que se trasladó a Madrid para instalarse en la Residencia de Señoritas. En la capital inició la carrera de Derecho en la Universidad Central. Tuvo profesores de la talla de Luis Jiménez de Asúa y Felipe Sánchez Román. En 1924 comenzó a ejercer como abogada. Su caso más relevante aconteció en 1930 cuando defendió ante el Tribunal Supremo a Álvaro de Albornoz, procesado por ser firmante del Manifiesto Republicano. Se trató de la primera vez que en el mundo una mujer actuaba ante un Tribunal Supremo.
Se afilió al Partido Radical Socialista y fue elegida diputada por Madrid en 1931. Participó activamente en el famoso debate sobre el sufragio universal femenino. Victoria Kent era contraria al mismo, por el momento, frente a la postura de Clara Campoamor.
En mayo de ese año fue nombrada directora general de Prisiones, cargo en el que permaneció hasta 1934. En este blog hemos tratado esta importante faceta de Victoria Kent pero conviene recordar su reforma penitenciaria porque es otro hecho capital en la historia española. Se preocupó de mejorar la alimentación de los reclusos, establecer la libertad de cultos en las prisiones y la ampliación de los permisos por razones familiares. Además, creó el Cuerpo Femenino de Prisiones en sustitución de las Órdenes Religiosas, encargadas hasta entonces de la salvaguarda y del cuidado de las cárceles de mujeres.
En 1934 fue nombrada presidenta de la Sección Jurídica del Comité Nacional Pro-Thaellman. Formó parte del Comité Nacional de Mujeres Antifascistas.
Durante la guerra civil se dedicó a poner en marcha refugios para los niños. Al terminar la contienda marchó a París y luego a México. En este país creó la Escuela de Capacitación para Personal de Prisiones. En 1949 se trasladó a Nueva York para colaborar en la ONU. Fue directora de la revista “Ibérica”, órgano del exilio español. Falleció en 1978.
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