La forma de organización política del nacionalismo es el estado nacional, la nación-estado, o el estado-nación. El estado nacional se caracteriza por los rasgos siguientes:
1. La organización se hace en torno a un estado único, indivisible y sobre un territorio determinado y perfectamente delimitado. Este estado tiene la autoridad máxima y está constituido por un conjunto de instituciones que aplican dicha autoridad sobre la población.
2. Se desarrolla un sistema económico uniforme.
3. Se tiende a la homogeneización cultural en torno a unos valores y una lengua, lo que facilitaría la vida nacional y la relación entre las autoridades y los ciudadanos, pero empobrece al marginar otras lenguas y valores culturales. El gran medio para realizar esta política uniformadora sería un sistema educativo homogéneo. El ejemplo más claro sigue siendo el francés, aunque no es el único, pensemos en la marginación de la lengua gaélica en el Reino Unido, por ejemplo. En España la debilidad del Estado decimonónico impidió la homogeneización completa.
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