jueves, 29 de octubre de 2009

La Unificación alemana

El nacionalismo alemán tiene sus raíces intelectuales en Herder, Fichte o Hegel, según vimos en su momento cuando explicamos el nacionalismo esencialista frente al de la voluntad o liberal de corte francés. Se basaban en la historia, en la cultura y la lengua comunes de los estados alemanes.
Uno de los aspectos primeros de la Unificación alemana fue el Zollverein, que llegó a agrupar en el año 1834, que es el de su creación, unos treinta estados. Esta unión permitió un proceso de armonización económica, y estimuló la industrialización y el comercio, generando una dinámica que hizo que se necesitara aunar más los vínculos entre unos y otros.
Las dos grandes unidades o los dos grandes estados alemenes eran el reino de Prusia y el Imperio austriaco que, por su parte, se extendía, también por territorios de lengua o cultura no alemanes. Ambos tenían concepciones distintas del futuro de Alemania.
El primer impulso unificador partió de la revolución liberal democrática de 1848 cuando se llegó a reunir un Parlamento en Frankfurt, que llegó a ofrecer la corona de Alemania al rey de Prusia, pero no fue aceptada, precisamente por el programa liberal de dicho parlamento.
Llegó el momento del canciller prusiano Bismarck, que diseñó el plan para unificar Alemania bajo la batuta de Prusia, usando la diplomacia y la guerra. Su proyecto buscaba la exclusión de Austria.
Bismarck desencadenó tres guerras entre los años 1864 y 1871. En primer lugar se venció a Dinamarca y se dominaron los ducados de Schleswig y Holstein. Por la guerra austro-prusiana se consiguió todo el control de la zona norte de la Confederación alemana, para luego, al derrotar a Napoleón III en Sedán, extender todo su domino por Alemania, y fundar en Versalles el II Reich; el rey Guillermo pasó a ser el Kaiser.

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